Crítica de cine

«Homininos»

La Razón
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Lo mejor es que se cuenta con restos esqueléticos de dos individuos que permiten reconstruir bastante bien el esqueleto de la especie. En general es muy primitivo, con brazos largos que parecen indicar que la vida en los árboles todavía era una parte importante de su ecología. Sin embargo, eran bípedos en el suelo, aunque no exactamente como los humanos actuales, pero en todo caso plenamente bípedos. El tórax también presenta caracteres primitivos que se encuentran en los chimpancés. En resumen, se trata de unos «homininos» (como se dice ahora), bípedos en tierra, pero con una anatomía bastante primitiva que refleja un tipo de vida en parte arbóreo.

En realidad, no son muy diferentes de la especie surafricana Australopithecus africanus, definida en 1925. El cerebro era pequeño como en ésta, pero la cronología es más reciente, de menos de dos millones de años. En la dentición los investigadores ven rasgos modernos que relacionan al Australopithecus sediba con Homo habilis y otras especies antiguas del género Homo. Según esto serían antepasados directos nuestros, pero en mi opinión (y la de muchos otros), y si la datación es cierta, son demasiado modernos para estar en línea directa con la especie Homo sapiens. En cualquier caso, resulta un enorme trabajo el que ha hecho el equipo de Lee Berger descubriendo y estudiando los fósiles. Ahora sabemos mucho más sobre el esqueleto de los australopitecos y podemos investigar mejor el origen del género Homo.

Catedrático de Paleontología de la UCM y director del Proyecto de Atapuerca