Opinión

Hoy hombre, mañana mujer...

Bastante trabajo supone apuntalar la propia identidad como para tener que ir pasando de una a otra

Marta Robles
Marta RoblesAteneo Mercantil de Valencia

Desconozco el grado de zozobra que supone sentirse hoy hombre y mañana mujer, pero no solo no lo envidio, sino que me parece una tortura. Bastante trabajo supone apuntalar la propia identidad como para tener que ir pasando de una a otra. Tal vez la cosa sea diferente y el género fluido sea mucho más llevadero de lo que parece; pero desde luego prefiero estar en el mío y no andar moviéndome de uno a otro, con la inseguridad de debe de provocar. ¿Beneficios? No se los encuentro. Pero, claro, es que entiendo que cuando eso sucede es parte de un conflicto interior o del desdoblamiento de uno mismo, no algo que se busque con el fin de aprovechar los beneficios de un género o de otro. Por eso me resulta sospechoso que un tipo se sienta hombre en su casa y con sus hijos, pero en un maratón, justo el día en el que no se puede inscribir como hombre, porque la inscripción está cerrada, se sienta mujer y lo haga como tal. Resulta imposible la explicación. Aunque esta persona ese día se sintiera mujer debió de refrenarse a la hora de competir con otras mujeres a sabiendas de que, con su físico masculino, independientemente de sus sentimientos, perjudicaría al resto de las competidoras y, además, generaría un rechazo instantáneo hacia el género fluido y la creencia de muchos de que no es más que un modo de pretender aprovecharse de la sociedad. No es mi caso. Sigo considerando que hay personas que, en efecto, hoy se sienten de un modo y mañana de otro y, como digo, no las envidio. Pero como en todo también hay fraudes. Y el caso de Quim/Quima, si no lo es, lo parece…