Ecosistemas

Incluso los perros corren peligro: los pescadores dan la voz de alarma por la expansión de este pez

Aseguran que "son cada vez más grandes y peligrosos" y su efecto ya se ha dejado notar en el ecosistema de otros lagos

Silurus glanis
Silurus glanisWikipedia

El lago de Garda, el mayor lago de Italia, con una extensión de unos 370 kilómetros cuadrados y una profundidad que supera los 300 metros en algunas zonas, vuelve a ser noticia. Si años atrás ocupó titulares por los efectos de una intensa sequía, ahora lo hace por una invasión biológica que preocupa a expertos y habitantes de la zona: la proliferación descontrolada del siluro europeo (Silurus glanis), una especie que no solo altera el equilibrio ecológico del lago, sino que ya representa una amenaza visible.

Según informa el medio local Il Dolomiti, este pez, originario de los grandes ríos de Europa, se ha expandido con rapidez en las aguas del Garda, favorecido entre otros aspectos por la temperatura cada vez más cálida del lago, la escasez de depredadores naturales y la abundancia de alimento.

Marco Brognoli, un enfermero de 54 años y veterano en la pesca submarina en la región, relató al medio italiano que en los últimos años se ha producido una verdadera "explosión" de siluros. "Hoy es habitual encontrar ejemplares enormes, de al menos dos metros de longitud, algo que antes era impensable", explicó. Esta situación se da especialmente en la zona sur del lago, próxima a municipios como Sirmione y Lazise, donde las aguas ofrecen las condiciones ideales para el crecimiento de estos depredadores.

Una amenaza creciente

El siluro europeo es el mayor pez de agua dulce de Europa, capaz de alcanzar más de 2,5 metros de longitud y superar los 100 kilos de peso, se alimenta de otros peces, anfibios, aves acuáticas e incluso pequeños mamíferos. Su dieta incluye también huevos y crías de peces autóctonos, agravando así su impacto sobre la biodiversidad local.

"El problema no es solo que hay más, sino que son cada vez más grandes y peligrosos", advierte Brognoli. "He visto lo que ha pasado en lagos como los de Mantua, donde los siluros han arrasado con todo. Los turistas ni siquiera quieren meterse en el agua. El Garda corre el mismo riesgo" señala. Además del daño ecológico, algunos residentes temen que estos peces puedan llegar a atacar a animales domésticos o aves acuáticas como patos, especialmente en zonas donde el contacto con humanos es más común.

¿Cómo controlar la población?

Controlar la población de siluros es un reto complejo. Al no tener depredadores naturales en el lago y reproducirse con eficacia, su expansión requiere medidas activas. En algunas regiones de Italia y Europa Central se ha optado por campañas de pesca selectiva, promoviendo su captura tanto deportiva como profesional. También se han desarrollado estrategias de monitoreo con sonar y redes para rastrear sus desplazamientos y evaluar su impacto ecológico. Sin embargo, los expertos apuntan en la solución no será inmediata dada la capacidad de adaptación siluro a distintos entornos y su longevidad.