Vacunación
Inequidad en España en el acceso a la vacuna frente al herpes zóster
Mientras Madrid o Cataluña han vacunado ya a los grupos de mayor riesgo y a hasta nueve grupos etarios mayores de 65, Andalucía no ha comenzado aún con la población mayor que no está entre los grupos de alto riesgo
El 50% del gasto sanitario en nuestro país se destina a mayores de 65 años. Teniendo en cuenta que más del 40% de la población española superará esta franja de edad en 2050, las acciones dirigidas a reducir ese gasto se consideran prioritarias dentro de los objetivos económicos y sociales. La vacunación contra enfermedades prevenibles es una de ellas, más aún si se trata de vacunas de bajo coste y con una efectividad para toda la vida. Este es el caso de la vacuna frente al herpes zóster (HZ), un suero cuyos efectos son de larga duración –con sólo dos dosis protege toda la vida–, con una eficacia del 95% frente a la enfermedad derivada del virus varicela-zoster y con un perfil muy elevado de tolerabilidad.
El herpes zóster –o «culebrilla»– es una enfermedad infecciosa que se caracteriza por un dolor intenso asociado a un sarpullido o a la aparición de ampollas en la piel. La erupción suele localizarse en la cintura o en la espalda, donde suele aparecer con una forma alargada, como un cinturón, aunque también puede darse, con menos frecuencia, en los brazos o en la cara, pudiendo afectar a los ojos, los oídos o la boca.
En la mayoría de los casos, el sarpullido y el dolor desaparecen en unas 2 a 4 semanas, si bien entre un 5% y un 30% de los pacientes continúan sufriendo mucho dolor, que incluso puede persistir más de 3 meses después de que la erupción haya desaparecido. Esta complicación es la más frecuente del HZ y se denomina neuralgia postherpética (NPH).
La NPH se caracteriza por provocar un dolor, constante o intermitente, en los nervios sensitivos – los que se encargan de percibir la temperatura o el dolor– y puede ser tan intenso que incapacite a quien lo padece. Este dolor puede durar varios meses –e incluso años– y no siempre puede aliviarse con analgésicos.
Más del 90% de los casos de NPH que requieren hospitalización ocurren en pacientes mayores de 50 años. Por tanto, el HZ es una enfermedad asociada a una carga significativa, tanto clínica como social y económica porque, aunque presenta una baja mortalidad, es muy prevalente. Afecta a la calidad de vida, limitando la capacidad de llevar una vida normal por la intensidad del dolor y las molestias asociadas. También se asocia a depresión, hospitalizaciones, absentismo laboral y la necesidad de interrumpir tratamientos en determinados enfermos.
La incidencia media –es decir, el número de casos por cada 100.000 habitantes– es de 352, pero aumenta con la edad hasta llegar a los 877 en personas mayores de 80 años.
Vacunación sistemática
En España, la Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CSPSNS), en su reunión del 16 de diciembre del 2022, aprobó el calendario común de vacunación a lo largo de toda la vida y recomendo, para el año 2023, la vacunación sistemática frente al HZ en la cohorte de mayores de 65 años. Además, estipuló que se podrían captar progresivamente cohortes entre 66 y 80 años, comenzando por la población que cumplía 80 años.
Con carácter previo a la inclusión de la vacuna del HZ en el Programa nacional de inmunización, el antídoto sólo se administraba de manera gratuita a los seis grupos de personas con factores de riesgo elevado: pacientes con hemopatías malignas, tumores sólidos en tratamiento con quimioterapia, VIH, tratamiento con fármacos anti–JAK, trasplante de progenitores hematopoyéticos (TPH) y trasplante de órgano sólido (TOS). Sin embargo, pese a estas recomendaciones, la realidad es que cada comunidad autónoma ha implantado la inmunización a su manera, creando con ello una gran inequidad para la población.
Cada región, un ritmo distinto
Mientras regiones como Madrid o Cataluña llevan vacunando desde 2022, siempre con la prioridad de los seis grupos de mayor riesgo,–la primera ya ha inmunizado a 9 grupos etarios mayores de 65 años, y la segunda a 5, incluidos los mayores de 90 que, pese a no estar en las recomendaciones, son un grupo de muy alto riesgo que puede morir si contrae el virus– Andalucía sólo ha vacunado a los seis grupos de mayor riesgo.
«La del HZ es una vacuna enormemente efectiva que tiene un porcentaje de eficacia del 95% (algo muy poco habitual) y, además, es muy bien tolerada. Nosotros recomendamos vacunación sistemática a todos los mayores de 65 años sin ninguna restricción», señala José Augusto García, presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG). "Las restricciones en el acceso que pone cada comunidad autónoma no responden a ningún criterio científico, únicamente están basadas en límites presupuestarios y, quizá, en una mayor o menor sensibilización ante la vacunación, que hace que algunas le den prioridad y otras no».
A García le preocupa especialmente el caso de Andalucía, donde no han comenzado aún a inmunizar a ningún grupo etario, pero también el de aquellas regiones que no han vacunado todavía a los más vulnerables. «En la mayoría de las CC AA no hay prioridad por vacunar a las personas muy mayores que viven en residencias, que se sabe que tienen muchas complicaciones y patología crónica. Si una persona en esta situación contrae el virus, tiene muchas posibilidades de fallecer», destaca.
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