Estados Unidos

La ley exime de tener detectores de humo a casas como la de Burgos

La norma sólo exige este sistema preventivo a establecimientos rurales de más de 500 m2

Agentes de la Policía Judicial, en la casa rural situada en Tordómar (Burgos), donde se produjo la tragedia
Agentes de la Policía Judicial, en la casa rural situada en Tordómar (Burgos), donde se produjo la tragedialarazon

Nadie en Tordómar, Burgos, se explica lo ocurrido. Los vecinos recordaron ayer en un funeral a los seis fallecidos de una misma familia en la casa rural. Reinaba el silencio y el dolor por lo sucedido en la madrugada del pasado viernes. Una tragedia en la que no hubo casi llamas, sólo humo, mucho humo. Algo que podría haber alertado un simple detector de humos. Por eso, la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos va a reclamar a las administraciones la obligatoriedad de instalar detectores de incendios en todos los alojamientos turísticos, según informó ayer Carlos Novillo, presidente de la citada entidad. En la actualidad, «la normativa sólo exige tener un detector a aquellos establecimientos hoteleros, casas rurales y albergues que superen los 500 metros cuadrados de superficie», recuerda Novillo. «Por lo que por debajo de esa superficie –prosigue– es a criterio del dueño. Para nosotros es fundamental que se instale este detector autónomo, que cuesta sólo entre 15 y 20 euros y avisa de la concentración de humos en apenas 20 segundos».

34 muertos en incendios en 2014

La casa rural Ribera del Arlanza ni se acerca a esa superficie. En concreto, según el catastro virtual, tiene 218 metros cuadrados. Este periódico contactó con los propietarios para confirmar la superficie y los dueños de la casa rural prefirieron no hacer ningún comentario. Pero los datos cuadran con la opinión de uno de los cuatro voluntario que fue al lugar del suceso: «No te sabría decir el tamaño, pero no llega a los 500 metros cuadrados», afirma.

«En el 95% de los hogares en Reino Unido y en Estados Unidos tienen detectores de humo y lo tienen por normativa y porque si no el seguro te encarece el coste. En España, en cambio, apenas el 1% de los hogares tiene estos dispositivos y en el sector turístico existen grandes lagunas de seguridad. Y es importante porque sólo en lo que va de año han muerto ya 34 personas en incendios, 21 de ellas durante las horas nocturnas y sorprendidos por el fuego y el humo mientras dormían», precisa el presidente de la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos.

De hecho, los seis miembros de la familia que fallecieron lo hicieron por inhalación de humo. Es al menos lo que se conoce por ahora. La investigación sigue en curso. A la espera de que la Guardia Civil científica arroje algo de luz a lo sucedido, «hoy (por mañana) recibiré el informe de los bomberos», explica Alberto Arlanzón, responsable del Servicio de Extinción de Incendios de la Diputación de Burgos. «Será un parte de salida», precisa uno de los cuatro voluntarios de extinción de incendios que acudieron al lugar de la tragedia.

Por otra parte, los dos varones que permanecían ingresados en el Hospital Universitario de Burgos tras el suceso recibieron ayer el alta médica, según informó Ep. En concreto y según se precisa en este parte médico, la situación de intoxicación por la que habían sido ingresados está resuelta y, tras la cura de sus quemaduras, continuarán el tratamiento en su lugar de residencia.

«Fue el peor día de mi vida»

Los vecinos y los voluntarios están destrozados. La madre de uno de los seis «héroes» que se jugaron la vida para salvar a la familia dijo a LA RAZÓN que «ellos intentan aparentar normalidad, pero por dentro están destrozados». También lo reconocía a este periódico uno de los cuatro voluntarios de extinción de incendios de Lerma: «Fue el peor día de mi vida. Había niños muertos. Una tragedia. Al menos el bebé de siete meses se salvó». Esa conmoción por la tragedia se hacía latente ayer en el pueblo de Tordómar. Los vecinos de la localidad burgalesa quisieron despedir a los seis fallecidos del siniestro con una misa celebrada en la iglesia de la localidad. Con este acto, al que asistieron también algunos de los allegados de la familia asturiana fallecida, los vecinos de Tordómar quisieron rendir un homenaje a las víctimas: María José, la abuela, María y Almudena, dos de sus tres hijas, y los tres pequeños de entre tres y seis años, dos de ellos hermanos entre sí. Ayer mismo, tres de ellos fueron incinerados. «Compartimos el dolor de las víctimas, siempre estaremos a su lado para lo que necesiten», manifestó la alcaldesa, Inmaculada Sierra, en declaraciones a Ep, durante el segundo día de luto oficial decretado en el municipio burgalés.