
Audiencia
León XIV, frente a Vance: 45 minutos y ¿reconciliación?
El Papa ha recibido al vicepresidente con la negociación con Ucrania de fondo y sus diferencias sobre los migrantes

La participación en la misa de inicio de Pontificado de León XIV de cerca de 150 delegaciones nacionales corroboró la más que significativa influencia de la diplomacia vaticana. No solo por la asistencia de jefes de Estado y de gobierno que certifican el papel de la Iglesia en la geopolítica global, sino por los encuentros que, tanto con el Papa como de forma paralela se llevaron a cabo en medio de un alborotado contexto mundial, con las guerras de Ucrania y de Gaza de fondo. Y si el domingo el Papa Robert Prevost conversó de tú a tú, entre otros, con Volodymir Zelenski, este lunes ha sido el turno en los Palacios Apostólicos del vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, que es el primer católico en asumir esta responsabilidad en su país. En ausencia de Donald Trump en la eucaristía, su número dos se ha senatdo frente al primer Pontífice norteamericano.
Ambos se reunieron a primera hora de la mañana en la biblioteca del Palacio Apostólico durante cuarenta y cinco minutos. A través de un comunicado, la Santa Sede explicó que tuvo lugar «un intercambio de opiniones sobre algunos temas de actualidad internacional, expresando el deseo de que en las zonas de conflicto se respete el derecho humanitario y el derecho internacional y se alcance una solución negociada». Sin citar a Ucrania, está claro que tanto el conflicto europeo como la crisis de Gaza sobrevolaron el diálogo. En parte del encuentro también participó el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, además de sus respectivas esposas.
Vance le regaló al Papa una camiseta del equipo de fútbol americano de los Chicago Bears, su ciudad natal. El vicepresidente le entregó además una carta de Trump «expresando sus más cálidos deseos e invitándolo a la Casa Blanca tan pronto como pueda», tal y como expresó en rueda de prensa la portavoz norteamericana Karoline Leavitt.
Tras el encuentro con el Papa, Vance y su equipo se reunieron con el secretario vaticano para las Relaciones con los Estados, Richard Gallagher. Así pues, en el contacto entre el vicepresidente y Gallagher, según ha desvelado el Vaticano, se renovó «la satisfacción por las buenas relaciones bilaterales y se hizo hincapié en la colaboración entre la Iglesia y el Estado, así como en algunas cuestiones de especial relevancia para la vida eclesial y la libertad religiosa». Se trata de un comunicado más que «polite» en el que se obvia el desencuentro virtual que Vance y el hoy líder de la Iglesia católica mantuvieron hace tres meses en redes sociales. Y es que en febrero, Prevost compartió en «X» un artículo en el que se criticaba a Vance por unas declaraciones, con trasfondo migratorio, en las que defendía que el pilar del cristianismo es «amar a la familia, amar al prójimo, amar a la comunidad, amar a los conciudadanos y, después, al resto del mundo». Como respuesta, el hoy Papa sentenció que «JD Vance se equivoca». «Jesús no nos pide hacer una clasificación con el amor a los demás», enfatizó entonces Prevost.
A pesar de su conversión al catolicismo en 2019, a la vista están sus diferencias con León XIV, al igual que con Francisco sobre los extranjeros que llegan a Estados Unidos. Tampoco cuenta la Administración Trump con un apoyo en este sentido de los obispos norteamericanos. Aunque algunos prelados discrepaban del Papa fallecido en cuestiones doctrinales, sí se han mostrado como una piña a la hora de defender los derechos de los migrantes, con o sin papeles. Por el contrario, desde el ala republicana se ha acusado y se acusa a la Iglesia católica de querer defender a los que llegan de fuera con fines proselitistas. O lo que es lo mismo, sumar más fieles a su credo.
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