Ciclismo

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Los peatones ocasionan el 71 % de los conflictos en los carriles bici

El 71 % de los conflictos en los carriles bici los provocan los peatones mientras que los vehículos a motor participan en el 18 %, según un estudio sobre carriles bici en Valencia desarrollado por el Grupo de Investigación de Ingeniería de Carreteras (GIIC) de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV).

Entre sus conclusiones, el estudio también determina que los carriles bici con un ancho inferior a 1,7 metros y delimitados por setos o vallas dificultan la maniobras en el cruce de bicicletas en sentidos opuestos, mientras que los que no están delimitados físicamente, son propensos a ser invadidos por los peatones.

El responsable director del Grupo de Investigación de la UPV, Alfredo García, ha señalado a EFE que hasta el 35 % de los ciclistas que pasan por carriles muy reducidos y especialmente, con bordes delimitados por setos o vallas, "se ven obligados a dejar de pedalear o incluso frenar".

"Es algo que no se produce en carriles mas anchos o delimitados por elementos de menor altura como los bordillos", ha agregado García, responsable de este estudio, cuyas conclusiones serán publicadas en la revista The Scientific World Journal.

Por el contrario, el trabajo concluye que si no se disponen elementos de separación entre las aceras y los carriles bici, la frecuencia con la que los peatones y ciclistas entran en conflicto se duplica, y el número de peatones caminando por el carril bici se multiplica por seis.

"De todos los conflictos, el que presenta mayor frecuencia es el peatón cruzando de forma inesperada lejos de un paso de peatones. Además, disponer de aparcamientos en línea de forma paralela al carril bici genera problemas por la apertura de puertas invadiendo el espacio del ciclista", según otro de los investigadores, Antonio Ángel.

Gracias a los resultados obtenidos en este estudio, ha explicado el investigador, se conoce con mayor detalle qué criterios deben tenerse en cuenta para el diseño de vías ciclistas seguras.

Para desarrollar el estudio, los investigadores de la UPV escogieron seis carriles bici representativos de la ciudad de Valencia, con características geométricas variadas.

Entre otros, el estudio analizó algunos de los carriles bici con mayor volumen de tráfico, como los de la Avenida de Tarongers, el de la Avenida de Blasco Ibáñez o el de la Avenida del Puerto.

Los investigadores recorrieron los carriles bici mediante una bicicleta equipada con GPS, cuatro cámaras de vídeo, que registraban todo los que sucedía en torno a la bicicleta, y medidores de velocidad y distancia.

Durante el experimento, el ciclista registraba mediante otro dispositivo la ocurrencia de conflictos y valoraba la gravedad de los mismos de forma subjetiva.

Además, en el caso de cruces con bicicletas en sentido opuesto, se midió la separación entre ambas bicicletas y la velocidad relativa.

Según el investigador del GIIC Carlos Llorca es la primera vez que se mide la velocidad con la que se cruzan las bicicletas.

La bicicleta instrumentalizada circuló a velocidades normales sin que su presencia fuera advertida, durante más de diez horas y con esta metodología se estudiaron más de 300 cruces entre bicicletas y más de 600 conflictos entre bicicletas y otros usuarios.

"Este es uno de los primeros estudios basados en observaciones reales desde una bicicleta que se han realizado en España, y el primero realizado en carriles bici separados del tráfico motorizado", ha apuntado García.