Verano

Mat White, psicólogo ambiental: "La mente se relaja y el estrés se alivia al estar en la playa"

La playa se ha posicionado como el destino ideal para desconectar y descansar la mente después de periodos de trabajo intenso

Imagen de archivo de una chica en la playa
Imagen de archivo de una chica en la playa istock

Hay una frase del poeta griego Eurípides que dice: “El agua de mar cura todos los males del hombre”. Como cualquier frase de un poeta, la interpretamos y le damos el significado que nos resulta más plausible. En este caso, solemos asumir que el mar nos hace felices y que, por ende, es una vía de escape que nos ayuda a olvidar nuestros problemas.

Sin embargo, la frase de Eurípides tiene un significado un poco más literal. Lo supiera o no, el poeta, como todo buen escritor, tenía razón. El mar y la playa ofrecen beneficios reales para la salud mental del ser humano y ayudan a reducir los niveles de estrés, tal como lo confirman nuevos estudios en el campo de la psicología. En el Día Mundial del Cerebro, celebrado cada 22 de julio, exploramos cuál es la mejor opción para que puedas obtener el descanso que mereces.

Un horizonte desestresante

Mat White, psicólogo ambiental, descubrió en un estudio realizado en 2010 que las personas solían considerar más atractivas las imágenes de paisajes naturales cuando incluían cuerpos de agua. Esta investigación se hizo bastante popular y dio pie a nuevas indagaciones sobre lo que ocurre en el cuerpo y el cerebro cuando pasamos tiempo en la playa.

Una de las primeras observaciones que hizo White con su equipo fue que, al pisar la arena, el cerebro experimenta lo que se conoce como "restauración de la atención". Se trata de un estado en el que la mente se relaja y comienza a observar el entorno de manera más pausada y con menor demanda cognitiva.

La playa se ha posicionado como el destino ideal para desconectar y descansar la mente después de periodos de trabajo intenso. ¿Pero por qué la playa y no la montaña? Catherine Kelly, autora de Blue Spaces: How and Why Water Can Make You Feel Better, sostiene que la superioridad de la playa como espacio de descanso radica en sus vistas y sonidos característicos.

Nos invita, sin esfuerzo, a dirigir nuestra atención al horizonte. Existe una sensación de asombro, donde obtenemos perspectiva sobre nuestros problemas y nos sentimos parte de algo más grande que nosotros mismos”, explica Kelly.

Esa sensación de asombro, que muchas veces nos recuerda lo pequeños que somos en el mundo, se asocia con una reducción del estrés, un mayor sentido de propósito e incluso un impulso hacia comportamientos más empáticos.

El horizonte nos ayuda a salir de los pensamientos rumiantes porque nuestra atención se redirige naturalmente hacia lo que tenemos delante. “Esa sensación de presencia te libera de preocupaciones”, afirma Easkey Britton, ecóloga marina especializada en salud social.

Anestesia azul

Históricamente, generaciones anteriores acudían al mar para sanar enfermedades y dolencias. En el siglo XVIII, los médicos solían prescribir estancias en la playa a pacientes con tuberculosis o lepra, donde pasaban varios días absorbiendo los minerales del agua salada.

Aunque muchos de los supuestos efectos curativos del agua marina han sido desmentidos por la ciencia moderna, hoy en día muchas personas siguen creyendo en los beneficios del mar para aliviar el dolor. Incluso algunos médicos utilizan herramientas de realidad virtual para estudiar el impacto de los entornos marinos en la percepción del dolor.

En 2017, se realizó un estudio en un consultorio dental en el que los pacientes, mediante gafas de realidad virtual, eran expuestos a imágenes de la costa o de una ciudad mientras recibían tratamiento. Los resultados fueron claros: quienes "paseaban" por la playa reportaron menos dolor que los que vieron escenas urbanas o permanecieron en el entorno clínico.

Más recientemente, un estudio publicado en Nature Communications en 2025 demostró que observar imágenes de paisajes costeros se asocia con una menor percepción del dolor y con una actividad cerebral reducida en las regiones relacionadas con su procesamiento.

Futuras investigaciones

Esto no quiere decir que un viaje a la playa cure automáticamente cualquier dolor, ansiedad o agotamiento mental. Sin embargo, es una señal clara de que pequeñas dosis de mar, repartidas a lo largo del tiempo, pueden tener un impacto positivo en nuestra salud emocional.

Actualmente, Mat White investiga cómo los espacios azules nos ayudan a lidiar con el estrés y a recuperarnos de él, además de fortalecer nuestra capacidad mental para enfrentar desafíos emocionales y laborales.

Este tipo de investigaciones puede tener un impacto significativo en la salud pública y en la planificación urbana. A medida que se acumulen más datos, podrán utilizarse para promover la protección de los paisajes costeros y el acceso público a estos entornos, en beneficio del bienestar colectivo.