Tokio

La radiación en los bosques de Fukushima cae un 50%

El Gobierno de la prefectura de Fukushima, que sufrió en 2011 uno de los peores accidentes atómicos de la historia, ha asegurado que la radiación en los bosques de la región ha caído a la mitad en los dos últimos años.

Representantes de la prefectura hicieron públicos esos datos en una reciente reunión con representantes de la industria forestal local, informó hoy la página web de la cadena pública NHK.

Según esas cifras, la radiación media durante el último ejercicio fiscal, que transcurrió entre abril de 2013 y marzo de 2014, fue de 0,44 microsievert por hora.

Eso supone prácticamente la mitad comparado con los 0,91 microsievert de media del periodo entre abril de 2011 y marzo de 2012, el primer periodo en el que se realizaron mediciones en los bosques afectados por las emisiones de la planta de Fukushima Daiichi.

La planta resultó golpeada el 11 de marzo de 2011 por un terremoto de 9 grados de magnitud en la escala abierta de Richter y un tsunami posterior que provocaron el peor accidente nuclear desde el ocurrido en Chernóbil (Ucrania) en 1986.

El Gobierno de Fukushima también explicó que la cantidad media de materiales detectados en las hojas nuevas de los árboles de estos bosques es aproximadamente una quinta parte del volumen que se registró en el follaje que comenzó a crecer justo antes del desastre atómico.

Las mediciones corresponden a 362 puntos forestales dentro de la prefectura.

Pese a que los niveles se hayan reducido en estas zonas de boscaje, los 0,44 microsievert de media por hora detectados en el ambiente estarían casi cuatro veces por encima del límite anual de exposición de un milisievert (que equivale a 1.000 microsievert) que recomienda la Comisión Internacional de Protección Radiológica.

La prefectura estima que la radiación de estas arboledas se reducirá en un 70 por ciento con respecto al nivel actual en los próximos 20 años.

La gestión de los bosques, uno de los focos más expuestos a la contaminación que resultó del accidente, es uno de los aspectos que más preocupan a las autoridades locales en Fukushima.