Ciencia
Zonas de protección más amplias en torno a las centrales nucleares
El CSN y Protección Civil estudian aumentar de 10 a 15 kilómetros la zona de protección preferente alrededor de las instalaciones nucleares españolas. Nuevos municipios entrarían en el reparto de ayudas estatales, muy limitadas, y en los planes de evacuación
La catástrofe de Fukushima dejó muchas lecciones. Algunas de ellas ya se han aprendido y puesto en marcha, como el nuevo centro nacional de emergencias nucleares que servirá para responder de inmediato a una crisis como la japonesa en cualquier central española. La mayoría de los nuevos criterios de seguridad requieren un trabajo serio que toma tiempo, como las obras que tendrán que hacer numerosas centrales nucleares, incluidas las españolas, para adaptarse a estas nuevas exigencias.
Entre ellas, las autoridades españolas están estudiando ampliar el tamaño de las zonas de riesgo que rodean a cada central, que podrían crecer hasta un radio de 15 kilómetros en torno a las seis centrales, visto el caos que se formó en la evacuación del entorno de la central nipona.
En la actualidad, en torno a cada instalación atómica hay dos anillos concéntricos en función del riesgo esperable en cada una de esas áreas y de la inmediatez necesaria en la respuesta en caso de emergencia: hasta diez kilómetros se conoce como zona I, y de ahí hasta los 30 kilómetros se conoce como zona II.
La idea con la que se trabaja en el Consejo de Seguridad Nuclear es la de ampliar la zona I hasta un radio de 15 kilómetros: "Como resultado de los análisis y estudios realizados, la Dirección de Protección Radiológica concluye que sería prudente y estaría plenamente justificado ampliar la zona I de planificación desde el actual área del círculo de 10 kilómetros de radio concéntrico con el reactor nuclear a un área del círculo con 15 kilómetros de radio", defendió en el último pleno (PDF). La zona I consta de tres subzonas (A, B y C) que se ampliarían igualmente.
Esta ampliación, que se está estudiando junto con Protección Civil, no es una simple cuestión de dibujar círculos sobre el mapa: implica invertir en equipos de emergencias, cursos para la población, instalaciones para alertar a los ciudadanos, carreteras más seguras para mejorar la evacuación, etc. Al ampliarse esas zonas de evacuación preferente, los lugares destinados para dar refugio a su población también deberían adaptarse para acoger a un número mayor.
Desde el departamento de Riesgos Nucleares de Protección Civil explican que llevan en torno a medio año preparando esta ampliación, que supondría modificar el Real Decreto del Plan Básico de Emergencia Nuclear (PLABEN) y los cinco planes de emergencia específicosde las seis centrales nucleares (Ascó y Vandellós comparten plan por proximidad). En el CSN se informó al Consejo de cómo afectaría este cambio a la central de Ascó, que al contar con dos reactores podría generar una crisis más parecida a la que se produjo en Fukushima, donde se descompusieron tres reactores y la piscina de combustible gastado de otro. No obstante, desde Protección Civil aseguran que si se opta por una ampliación concreta, ya sea de 15 kilómetros o más, "será la misma para todas las centrales españolas".
El trabajo, que ya está muy avanzado, consiste en realizar nuevos estudios de dispersión de materiales radiactivos, ya que depende mucho de la orografía de la región, y en evaluar la idoneidad de los medios y recursos disponibles hasta ahora en los planes de emergencia. "Tras Fukushima, se realizaron pruebas de resistencia a las centrales. Del mismo modo, también nos toca revisar estos planes para actualizarlos a los muchísimos factores que influyen en una situación de crisis", aseguran desde Riesgos Nucleares. El caso español no sería una excepción y, por ejemplo, el regulador nuclear de EEUU ha propuesto aumentar las 10 millas que tiene en la actualidad su zona de evacuación.
El enfado de los municipios nucleares
Ampliar los anillos de emergencia podría sumar docenas de pueblos al grupo de municipios que hasta ahora cuentan con medidas de protección urgente ante hipotéticas catástrofes nucleares. Precisamente ahora, cuando estas localidades, representadas en la Asociación de Municipios en Áreas de Centrales Nucleares (AMAC), más abandonadas se sienten por el Estado. La semana pasada celebraron una asamblea extraordinaria en la que denunciaron el deterioro que sufren los planes de emergencia de "todas"las áreas nucleares españolas y exigieron una mejor gestión de los fondos que se destinan a su mantenimiento porque el sistema de subvenciones está "acabado".
"No pedimos más dinero, sino que todo funcione. Preferimos que no nos den subvenciones y que todo lo haga Protección Civil, pero que se haga", asegura un portavoz de AMAC. Últimamente se han detectado importantes fallos en estos planes, como que en Vandellós (Tarragona) no hay megafonía de emergencia a un kilómetro de la central o que muchas zonas del entorno de Garoña (Burgos) no oyen esta megafonía o están situadas en zonas sin cobertura para las comunicaciones de alerta. Un escenario complicado al que se sumarían otros municipios para el reparto de un "presupuesto muy limitado", como lamentan desde AMAC.
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