Comunidad de Madrid
Neira acusó a Aguirre de no cumplir su palabra en la última entrevista para LA RAZÓN
El 1 de agosto Jesús Neira ofrecía a LA RAZÓN una de sus últimas entrevistas, en la que aseguraba sentirse "como si me hubiese pasado un tanque por encima".
El pasado 1 de agosto el profesor Jesús Neira ofrecía a LA RAZÓN una de sus últimas entrevistas, en la que aseguraba sentirse "como si me hubiese pasado un tanque por encima". En su domicilio de Las Rozas vivía enganchado a su máquina de oxígeno, imprescindible de día y de noche. Estaba enfermo física y psíquicamente y era incapaz de valerse por sí mismo. Rompía su silencio para denunciar que Esperanza Aguirre había incumplido su palabra con él: «Mucha medalla, mucha historia y tras eso no cumplen con su palabra».
Por su interés, transcribimos esa última entrevista en concedida a LA RAZÓN hace menos de un mes:
«Me siento como si me hubiese pasado un tanque por encima». Con estas palabras nos recibe el profesor Neira en su casa de las Rozas enganchado a su máquina de oxígeno, imprescindible día y noche para que pueda respirar.
El hombre que conocimos hace hoy siete años por defender a una mujer maltratada, el presidente del consejo asesor del Observatorio Regional contra la Violencia de Género, el héroe popular detenido por conducir bajo los efectos del alcohol y vapuleado día tras día en alguna televisión, hoy no es ni la sombra de lo que fue. Enfermo física y psíquicamente, no puede valerse por sí mismo. Por primera vez en cinco años rompe su silencio con LA RAZÓN para denunciar un pacto no escrito que Esperanza Aguirre no ha cumplido.
«Mucha medalla, mucha historia y tras eso no cumplen con su palabra» así de contundente se muestra el profesor Neira aunque con la voz apagada por la insuficiencia cardíaca y pulmonar que padece. El deterioro de su nervio ciático le impide mover apenas la pierna derecha y necesita un andador para caminar. El daño cerebral como consecuencia de los múltiples derrames le afecta a la memoria reciente, pero no a la remota, recuerda perfectamente lo que sucedió hoy hace siete años: «Yo hice lo que tenía que hacer y volvería a hacer lo mismo. ¿Iba a dejar que golpeasen a esa pobre chica brutalmente? La tenía cogida la cabeza con la mano izquierda y con la derecha la golpeaba por abajo».
Tras los puñetazos que le propinó Antonio Puerta, los nueve meses siguientes Neira se debatió entre la vida y la muerte en el hospital, mientras la víctima de la agresión, Violeta Santander, aparecía en los platós para defender a su novio maltratador. Nunca en estos siete años se ha puesto en contacto con el profesor ni con su familia para agradecer el gesto de Neira.
Antonio Puerta falleció por aparente sobredosis hace cinco años. El padre de Violeta Santander contó en el programa «Sálvame» que su hija había ingresado en una clínica psiquiátrica. Puerta murió dos días después de que Neira fuese de nuevo ingresado por otro derrame cerebral. Hoy nos confiesa que le encargó un funeral a su agresor : «Yo soy católico y sentí su muerte, encargué una misa de funeral e invité a la familia de Puerta a través de su abogado a esa misa, pero nadie contestó».
Jesús Neira tiene una salud precaria desde hace años. Fue operado de corazón a los 17 años y a los 34 le colocaron una válvula mitral metálica y desde entonces toma anticoagulante para su sangre. El día que recibió el brutal golpe de Antonio Puerta acudió al servicio de urgencias del Hospital Puerta de Hierro y le mandaron a casa sin hacerle un TAC como indica el protocolo de la Comunidad de Madrid. A los dos días de la agresión vuelve de nuevo al Hospital debido a su mal estado físico y de nuevo le mandan a casa sin esa prueba y al día siguiente se presenta en el Hospital de Móstoles donde, de nuevo, no le hacen prueba complementaria alguna a pesar de indicar en cada visita su situación coronaria y la toma de medicación anticoagulante. Al quinto día de la agresión Jesús Neira amanece en coma y con tan sólo 20 pulsaciones por minuto. Inmediatamente le practican una craniectomía para evacuar la sangre de sus hematomas cerebrales que un TAC hubiese detectado el primer día.
El profesor sabe que estar vivo es un milagro: «Yo tengo una deuda enorme con Dios y otra con mi mujer y soy consciente de ello». Su esposa Isabel Cepeda recuerda mejor que nadie aquellos días y los acuerdos posteriores que se alcanzaron con Esperanza Aguirre:
–Isabel: A través de nuestro abogado Javier Gómez de Liaño habíamos interpuesto una demanda penal aceptada a trámite contra los médicos que le atendieron negligentemente y estaban imputados. Esperanza Aguirre propuso que si nos retirábamos del proceso penal contra los médicos no habría ningún problema para que la aseguradora de la Comunidad indemnizara a Jesús. Quería evitar el daño político que eso podía significar. Yo le di mi palabra de que no íbamos a utilizar esto políticamente y así ha sido durante siete años. Ella también dio su palabra y la ha incumplido.
– ¿Porqué ese acuerdo fue verbal y no hay documento que lo avale?
– Isabel: Esperanza Aguirre no quiso. Nosotros nos retiramos del proceso penal y el caso quedó sobreseído, pero ella no cumplió con su parte. En agosto del 2012 nos pidieron una reunión que tuvo lugar en el despacho de nuestro abogado y asistió Salvador Victoria, entonces Consejero de Asuntos Sociales, y Patricia Flores, viceconsejera de Asistencia Sanitaria, y nos comunican que se desdicen de la palabra dada por Esperanza Aguirre, que iniciemos un procedimiento administrativo de responsabilidad patrimonial. Así lo hicimos y a los dos meses lo deniegan alegando que «la atención recibida por el paciente fue excelente».
LA RAZÓN se ha puesto en contacto con Esperanza Aguirre para conocer su versión de estos hechos sin conseguir resultados, pero sí nos ha respondido Salvador Victoria: «Esta noticia sale con cada aniversario, Jesús Neira pretendió una alta indemnización por responsabilidad sanitaria de la Administración, pero el Consejo Consultivo se la denegó por no probarse la responsabilidad». Victoria no reconoce haber participado de la reunión en la que se desdicen de la promesa de Aguirre.
Isabel Cepeda manda este mensaje a Esperanza Aguirre: «Ella es esposa, es persona y es católica. Le pido que por responsabilidad política, por humanidad y por convicciones religiosas cumpla su palabra. En estos siete años he aprendido a desconfiar de los políticos. Alguna vez se me pasó por la cabeza presentarme ante ella y pedirle explicaciones, pero si con burofax, mensajes al móvil y correos certificados no contesta es que no quiere contestar».
Mientras tanto, Jesús Neira se apaga. Su única alegría, un cachorro de husky de nombre «Barullo» como metáfora de su vida. «He aprendido estos últimos años lo frágil que es la naturaleza humana», afirma Jesús Neira, extremadamente delgado y con la mirada ausente. «Esto me ha rematado mi vida laboral, no puedo hacer nada de lo que más me gustaba. He intentado leer mis propios libros, pero no puedo. Me siento impotente. Ni en las peores pesadillas pensé que terminaría así».
Le han concedido la invalidez permanente total, no absoluta, y sólo recibe 600 euros al mes y además tributa a Hacienda. Pasan apuros económicos para hacer frente a los gastos de hipoteca, estudios de los hijos y obligaciones fiscales. Isabel Cepeda sigue acudiendo a la Universidad Rey Juan Carlos, de la que es profesora, cuando la salud de su marido se lo permite.
La etapa más oscura es cuando siendo un personaje público es multado por conducir bajo los efectos del alcohol: «Yo conduje bajo los efectos de haberme tomado una copa, pero nada más, como cualquier persona a la que se le pone una sanción. Yo nunca pedí ser un héroe, me molestaba que me llamaran así».
Jesús Neira se despide de nosotros sin poder levantarse, con un débil abrazo y lanza su último mensaje: «Dile a Esperanza Aguirre que tenga más cuidado con lo que promete».
LA RAZÓN se ha puesto en contacto con el abogado Javier Gómez de Liaño para confirmar los acuerdos no escritos con Esperanza Aguirre. Los recuerda con detalle: «Hubo varios encuentros y varias reuniones con ellos. Se habló de reconocer que no habían funcionado bien esos servicios y se generaba una responsabilidad en favor de Jesús Neira. Tan cierto fue esto que condicionado a esta transacción por nuestra parte se retiró la responsabilidad penal».
–¿Con quién se llegó a ese acuerdo?
– Gómez de Liaño: De eso se habló con Esperanza Aguirre y se cerró de forma más consensuada con el entonces consejero, Juan José Güemes, e intervino también Salvador Victoria. Ese compromiso existió.
– ¿Y por qué no se firmó en documento alguno?
– Gómez de Liaño: Porque en las relaciones jurídicas no es necesario plasmarlo en documento. Hoy tengo la sensación de que alguien faltó a su palabra. Yo creo que el profesor Neira fue una persona a quien alguien intentó rentabilizar políticamente. A partir de un momento determinado, cuando dejó de ser rentable, se le abandonó.
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