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Opinión

No es país para jubilados

España no ha resuelto esto de cuidar a los mayores en ningún aspecto, siendo, sin embargo, el quinto país del mundo en esperanza de vida

Paloma Pedrero larazon

No me extraña que el GRI, Índice global de jubilación, marque a España como el peor país de Europa para jubilarse. ¿Y por qué? Les cuento mi experiencia, aun sabiendo que siendo escritora y cotizante como autónoma, es particular. Para los autónomos, un 16 por ciento de la población activa, cobrar una buena pensión a partir de los sesenta y pico es una utopía. Olvidémonos de los grandes empresarios, estos no la necesitan. Los otros, la inmensa mayoría, tenemos una vida económica donde el esfuerzo y el trabajo sin tregua permite pocas fantasías. Y voy con mi vivencia. Comencé a trabajar como contratada por un hospital público a los diecisiete años, a los veintiséis pude fichar por última vez gracias a una beca para la escritura de una obra. A partir de entonces comencé a vivir del teatro. Es decir, de escribir, dirigir, dar cursos y conferencias, artículos… algo que me ha dado una extraordinaria felicidad, aunque nunca un sosiego económico. Desde aquel 1984 coticé casi siempre como autónoma el mínimo, unos trescientos mensuales, que la cosa no da para más. Mis años cotizados son casi treinta y mi pensión contributiva no llega a mil euros. No me quiero jubilar, por supuesto, hasta que la salud me detenga. El problema es que dicho precario subsidio no es compatible con el trabajo remunerado. Concluyendo, sería un detalle, puesto que la edad te condiciona las fuerzas, poder cobrar y, a la vez, poder seguir con la labor que amas. Ahora te ofrecen la jubilación llamada “activa”, cobras la miserable mitad del subsidio a cambio de seguir trabajando y contribuyendo. Y ahí estamos. Porque yo, con carácter de hormiguita, ahorre para mi vejez, algo que tienen que hacer todos los autónomos para poder vivirla con dignidad. España no ha resuelto esto de cuidar a los mayores en ningún aspecto, siendo, sin embargo, el quinto país del mundo en esperanza de vida. Un país que resta calidad de vida a los que llevan trabajando toda la suya, no está a la altura.