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Papa Francisco
La Guardia Suiza Pontificia, con su característico uniforme colorido, es, sin duda, uno de los cuerpos de seguridad más famosos y fáciles de identificar del mundo. Su origen se remonta al siglo XVI, concretamente al papado de Julio II, quien solicitó a la nobleza suiza la protección de sus mejores soldados, dando comienzo a una tradición que se extiende hasta el día de hoy y que conserva sus propios ritos y celebraciones cada seis de mayo.
Desde su creación, la Guardia Suiza Vaticana ha contado con el servicio de pocos pero selectos soldados. Al inicio, en 1506, se conformó con 150 mercenarios suizos, un número que, sorprendentemente, no ha variado mucho en la actualidad, pues el cuerpo está compuesto por 135 soldados.
Su tarea principal es la protección del Papa y la seguridad del Vaticano, pero también desempeñan funciones de protocolo y orden en actos oficiales, custodian las entradas de la Ciudad del Vaticano y protegen al Colegio Cardenalicio cuando la Sede Apostólica está vacante.
Uno de los episodios más famosos de la Guardia Suiza Vaticana, y por el cual cuentan con la confianza absoluta de la Iglesia Católica, ocurrió el 6 de mayo de 1527, durante el Saqueo de Roma. En aquella jornada, la Guardia se enfrentó a las tropas del emperador Carlos V, que contaban con alrededor de 6.000 soldados españoles y 10.000 lansquenetes luteranos.
A pesar de la abrumadora inferioridad numérica, pues recordemos que nunca han sido más de 200, los guardias suizos resistieron valientemente en los alrededores y en el interior de la Basílica de San Pedro, permitiendo que el Papa Clemente VII escapara por un pasadizo secreto hasta el Castel Sant’Angelo. De los 189 soldados suizos, solo 42 sobrevivieron.
Este acto de valentía quedó marcado en la historia de la Guardia Suiza Vaticana, y por ello, cada 6 de mayo, los nuevos reclutas juran su cargo en el Patio de San Dámaso del Palacio Apostólico Vaticano, recordando el sacrificio de sus predecesores.
A lo largo de los siglos, la Guardia Suiza Vaticana ha mantenido su prestigio y se ha adaptado a los tiempos modernos. Curiosamente, su uniforme renacentista, diseñado en el siglo XIX, fue atribuido erróneamente a Miguel Ángel, pero en realidad fue obra del comandante Jules Repond.
Ser miembro de la Guardia Suiza Vaticana no es tarea sencilla. Los candidatos deben cumplir con una serie de requisitos estrictos. Estos garantizan que los postulados sean adecuados para la labor de protección del Papa y la seguridad del Vaticano:
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