Conciencia digital
Las preguntas que deberías hacerte antes de creer una noticia
Poner en marcha este método no requiere formación académica, sino fijación en los detalles
Imagínate que ves dos versiones opuestas sobre el mismo asunto, un tiktoker con más de un millón de seguidores publica que estudiar es malo para la salud y, al mismo tiempo, un estudio de la Universidad de Yale liderado por un premio Nobel afirma lo contrario.
¿A quién le crees? Esa pregunta es el punto de partida del vídeo de Amibox, que propone una guía práctica para no decidir por impulso y evaluar con herramientas sencillas cualquier mensaje que nos llega por redes, móvil o medios tradicionales.
¿Qué propone Amibox?
El objetivo del contenido es enseñarte a mirar detrás del titular y detectar la intención y la fuente antes de formarte una opinión.
Lejos de convertir el escepticismo en cinismo, Amibox plantea que con solo cinco preguntas cualquiera puede ganar distancia crítica. No se trata solo de si el dato es cierto o falso, sino de entender quién lo difunde, cómo lo presenta y para qué.
Con ejemplos cotidianos, como la noticia sobre el aumento del consumo de carne en España o la discusión entre un carnicero y un tiktoker vegano, el vídeo muestra cómo dos emisores distintos pueden transmitir el mismo hecho con interpretaciones contrapuestas.
Vídeo: Analizar y acertar
Las cinco preguntas clave para analizar la información
Amibox sintetiza la herramienta en cinco preguntas interdependientes:
- ¿Quién creó este mensaje?
- ¿Qué técnicas ha usado para llamarme la atención?
- ¿Por qué entendemos el mismo mensaje de forma distinta?
- ¿Qué punto de vista o sesgo muestra el emisor?
- ¿Por qué envían ese mensaje?
Si el emisor tiene una posición ideológica clara, interpretará los datos bajo ese prisma. Con esa mirada, una misma estadística puede dejar de parecer definitiva y empezar a ser una pieza más dentro de un mapa informativo que hay que completar.
Por qué importa hoy
Vivimos en una sobreabundancia de mensajes y en un ecosistema donde la rapidez suele imponerse a la verificación.
Las cinco preguntas actúan como un antídoto práctico que reducen la probabilidad de compartir un bulo, de ser manipulados por intereses comerciales o de construir opiniones firmadas por fuentes poco fiables. Además, fomentan un hábito saludable, no aceptar la primera versión ni resignarse ante la contradicción, sino buscar contexto y contraste.