Avance médico
Pruebas con IA detectan el cáncer gástrico con una precisión del 90%
Este tipo de tumor es el quinto más común a nivel mundial y está en cuarta posición por número de muertes
Un prometedor avance en la batalla contra el cáncer gástrico podría estar próximo. En un estudio reciente publicado en la revista «Cancer Science», un grupo de investigadores chinos ha desarrollado una prueba de detección precoz que utiliza inteligencia artificial (IA) y que ha alcanzado una precisión cercana al 90% en la identificación de este tipo de cáncer en sus etapas iniciales.
El cáncer gástrico es el quinto tipo más común a nivel mundial y representa la cuarta causa de mortalidad por esta enfermedad. Uno de los principales retos es la ausencia de síntomas evidentes en las etapas iniciales, lo que dificulta su diagnóstico. En China, por ejemplo, más del 80% de los casos se identifican en fases avanzadas, donde las opciones de tratamiento son limitadas y la tasa de supervivencia a 5 años es inferior al 30%.
Conformado por expertos del Hospital Oncológico de Hefei de la Academia China de Ciencias y del Hospital Oncológico Provincial de Shanxi, el equipo utilizó técnicas de aprendizaje para analizar diversos marcadores sanguíneos, logrando este sorprendente grado de exactitud. A diferencia de los enfoques tradicionales, este método no invasivo y sin dolor no requiere intubación ni diagnóstico por imagen, convirtiéndose en una alternativa mucho más cómoda y accesible para los pacientes. Así se evitan los incómodos y riesgosos procedimientos endoscópicos, así como la baja efectividad de los marcadores serológicos convencionales, que solo alcanzan un 20% de detección.
En el campo de la medicina, la investigación ha impulsado el desarrollo de métodos de diagnóstico más precisos para la detección prematura del cáncer, un fenómeno crucial en la mejora de los resultados clínicos. Recientemente, los científicos han enfocado sus esfuerzos en la identificación de patrones de metilación del ADN libre circulante (cfADN) en la sangre, un avance prometedor en esta lucha contra la enfermedad. El cfADN se origina tanto de células sanas como tumorales; se libera en la circulación sanguínea tras la muerte celular o como resultado de la secreción activa de material genético.
En particular, en el cáncer de estómago, el derivado de células tumorales presenta alteraciones específicas en sus patrones de metilación, que se traducen en modificaciones químicas en la estructura del ADN. Hasta la fecha, la técnica predominante para detectar estas alteraciones ha sido la secuenciación por bisulfito. Sin embargo, esta metodología enfrenta limitaciones significativas, especialmente en al inicio de la enfermedad, donde la presencia de cfADN tumoral en la sangre es inferior al 1%, complicando así la obtención de resultados precisos.
Para abordar estos desafíos, se ha implementado una estrategia innovadora que combina inteligencia artificial y una técnica avanzada conocida como cfMeDIP (inmunoprecipitación de ADN metilado libre de células). Gracias a este enfoque, se han logrado identificar 21 biomarcadores específicos asociados al cáncer de estómago. La principal ventaja de este método es su capacidad para detectar mínimas cantidades de cfADN tumoral, incluso en las etapas iniciales de la enfermedad, cuando los métodos convencionales no tienen la sensibilidad necesaria.
En el estudio participaron 150 pacientes diagnosticados con cáncer gástrico y 100 controles sanos. Los resultados mostraron una sensibilidad del 88,38% y una especificidad del 94,23%. Aunque se conocen las relaciones entre la edad y el riesgo de desarrollar esta dolencia, el informe no encontró diferencias significativas en las concentraciones de cfADN entre los diferentes grupos etarios.
Además, a pesar de que los hombres tienen el doble de probabilidad que las mujeres de desarrollar cáncer gástrico, no se observaron diferencias significativas en las concentraciones de cfADN entre los géneros, lo que resalta la aplicabilidad de este método de detección. Ahora bien, los expertos han señalado que, debido al limitado tamaño de la muestra del estudio, la aplicabilidad del modelo a afecciones gástricas no tumorales, como las infecciones por Helicobacter pylori y el virus de Epstein-Barr –ambos factores de riesgo de sufrir esta patología–, sigue siendo incierta.
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