Miércoles de Ceniza
¿Por qué los católicos no pueden comer carne roja este miércoles?
Convendría que todos los fieles entendieran cuál es motivo de la abstinencia antes de tomar la decisión de ignorarla... u obedecerla
La Semana Santa es la festividad religiosa que conmemora la pasión, la muerte y la resurrección de Jesucristo. Y es la semana que pone un final a la Cuaresma (Quadragésima en latín), que es el periodo de 40 días que inicia con el Miércoles de Ceniza; que este año 2023 cae en este 22 de febrero. Estos 40 días de la Cuaresma tienen una simbología especial para los cristianos (católicos o no), porque es el tiempo que Jesús pasó en el desierto antes de iniciar su vida pública.
Los motivos de la abstinencia
La Cuaresma y la Semana Santa son un momento en el que la Iglesia exhorta a sus fieles a purificarse para reconciliarse con su fe, con ellos mismos y con los demás. Y al ser el Miércoles de Ceniza el comienzo de esta etapa de purificación, es un día especial, en el que se llama a los fieles a la reflexión y a la penitencia por los pecados cometidos.
Además, para conseguir esta purificación se proponen dos prácticas clave: el ayuno y la abstinencia. El primero consiste en hacer una única comida fuerte durante todo el día, y es un hábito que deben seguir todos los fieles de entre 18 y 59 años. “Ayunar es saber renunciar a las cosas vanas, inútiles, a lo superfluo, para ir a lo esencial. Es buscar la belleza de una vida más sencilla”, explicó el Papa Francisco.
La abstinencia, por su parte, se refiere únicamente a la prohibición de comer carne roja que se estableció en el siglo II, y que sólo aplica a los mayores de 14 años. El Miércoles de Ceniza, el Viernes Santo y todos los viernes de la cuaresma son días obligatorios de ayuno y abstinencia. Evidentemente, la decisión de acatar la prohibición de las carnes rojas es totalmente voluntaria... y ningún católico va a ser excomulgado por desobedecerla.
Los afortunados católicos de Meco
En realidad, a los únicos católicos a los que la Santa Sede permite comer carne en estas fechas es a los católicos de Meco, una pequeña localidad de poco más de 15.000 habitantes situada en la Comunidad de Madrid. Este privilegio fue concedido mediante una bula papal en el siglo XV por Inocencio VIII. La justificación es que, al encontrarse en el punto más alejado de las costas de la Península Ibérica, este municipio se enfrentaría a muchos problemas para recibir pescado fresco.
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