Crimen de Asunta

Rosario Porto y Alfonso Basterra se quedan solos

El juez levanta la imputación al hombre cuya muestra de semen fue encontrada en la camiseta de Asunta

Basterra y Porto, en el primer registro de la vivienda de la madre de Asunta
Basterra y Porto, en el primer registro de la vivienda de la madre de Asuntalarazon

Ramiro llevaba escrita en la frente la palabra imputado desde hace meses. Ayer, el magistrado encargado de instruir el caso le ha borrado esas letras. Ya camina con la frente limpia. Pero, ¿cómo y por qué se llegó a sospechar que Ramiro podía estar involucrado en el asesinato de Asunta? Tras la muerte de la pequeña, sus ropas fueron enviadas a los laboratorios de criminalística de la Guardia Civil. Dos manchas de semen se revelaron sobre la camiseta y no eran de su padre, Alfonso Basterra. La información sacudió al magistrado que, desconcertado, comenzó a formular hipótesis, algunas descabelladas. No entendía qué hacía el esperma de un desconocido sobre la prenda de la menor. Sobre todo teniendo en cuenta que la autopsia descartaba la agresión sexual.

El resto biológico correspondía a un hombre que vivía en Madrid, acusado de una agresión sexual, que nada tenía que ver con Asunta o su entorno. Los investigadores de la Guardia Civil peinaron la vida del individuo y llegaron a la conclusión de que no había nada que le relacionase con Asunta, con su madre, Rosario, ni con su padre Alfonso.

«Yo no tengo nada que ver»

Ramiro estaba desolado. En la única entrevista que ha concedido en todo este tiempo, al programa de Antena 3 «Espejo Público» afirmó: «Yo no tengo nada que ver. Jamás he estado en Santiago de Compostela. Soy inocente y esto es un enorme error».

El juez alude en el auto en el que retira la imputación a Ramiro a que él, en la fecha del crimen, era titular de dos líneas telefónicas. «Una de ellas dada de baja con anterioridad a los hechos por falta de pago, y la otra ofrecía una serie de posicionamientos situándolo durante los días de los hechos en Madrid», no en Santiago, lugar del asesinato.

Además, el día en que matan a Asunta, por la mañana «el imputado y su hermana adquirieron un traje de boda para Ramiro en El Corte Inglés de Xanadú, que recogieron ese día». Por la noche «cenaron en un restaurante de Madrid», tienen un tique que lo acredita, y allí mismo se hicieron unas fotografías que parece que no han sido manipuladas y cuyos metadatos afirman que fueron realizadas la noche del crimen. Por tanto, y aunque las defensas de Porto y Basterra pueden desacreditar desde el punto de vista técnico estos indicios, el juez afirma: «Estaríamos nuevamente en presencia de una confabulación maquiavélica. Sería necesario que con anterioridad al 21 de septiembre de 2013, un informático con nivel medio alto preparase unas fotos con fecha alterada, y que se las entregase a la hermana de Ramiro para que las pudiese subir al Facebook. Que además cinco testigos se confabularan para simular una cena en un bar de Madrid, a la que deberían llevar el teléfono de Ramiro. Y todo ello, a fin de permitir que él pudiera desplazarse a Galicia».

Por todas estas razones, y a pesar de que el laboratorio de la Guardia Civil no reconoce que ellos cometieran ningún error, Vázquez Taín concluye que sí, que metieron la pata aunque nadie se dé golpes en el pecho y lo reconozca, posiblemente ante el miedo de ser cesado por un error involuntario, como hemos visto en casos criminales recientes.

Las defensas de Rosario Porto y Alfonso Basterra anuncian que van a recurrir la decisión del Juez Vázquez Taín, quien, aunque no venga a cuento, lanza sus dardos contra ellos en el auto. Les acusa de hacer algún interrogatorio «con una presión casi inadmisible» y de hacer alguna afirmación «conscientemente contrarias a la verdad». Por otro lado, Alberto Martín, abogado de Ramiro se muestra muy satisfecho del éxito: «Es lo que esta defensa venía defendiendo desde el principio, la absoluta inocencia de mi cliente. Ha quedado meridianamente claro que no estuvo en Santiago el día del asesinato de Asunta y que había que retirarle la imputación».