Manises

Aumentan los pacientes que sufren el síndrome del «abuelo esclavo»

Los especialistas de Psicología Clínica del Hospital de Manises (Valencia) han detectado en sus consultas un aumento de pacientes con el síndrome conocido como el del 'abuelo esclavo', un conjunto de síntomas psicológicos y físicos que sufren las personas mayores como consecuencia de los cambios sociales.

En un comunicado, fuentes del centro sanitario han explicado que se trata de un "problema a nivel psicológico"pero al tiempo han alertado de que puede conllevar "graves consecuencias físicas".

Los principales síntomas físicos de esta dolencia consisten en agotamiento, falta de energía, dolor crónico, hipertensión arterial e, incluso, descompensación de enfermedades crónicas como la diabetes, según ha señalado la psicóloga clínica del centro hospitalario, María José Fernández Carbonell.

Además, a nivel psicológico, los pacientes sienten tristeza, irritabilidad, pérdida del sentimiento de disfrute, falta de atención e insomnio, sufriendo "un estado de preocupación y ansiedad constantes que se refleja en el aumento o pérdida del apetito y una baja autoestima", ha destacado la experta.

El colectivo más proclive a padecer este síndrome es el formado por mujeres de a partir de 50 años que se sienten "hiperresponsables, con elevada autoexigencia y dificultad para reivindicar sus propios derechos".

"Estas pacientes tienden también a una preocupación excesiva por el bienestar de su familia, y al tiempo han debido afrontar cambios sociales y económicos que han afectado a su funcionamiento y dinámica familiar", ha detallado la psicóloga.

Según las fuentes, la crisis económica está siendo uno de los "potenciadores"de este síndrome, ya que la escasez de recursos económicos dificulta a muchas familias beneficiarse de servicios de canguro o guarderías que constituirían un apoyo instrumental importante en estas situaciones.

Aunque el síndrome del 'abuelo esclavo' se da en cualquier clase social o económica, se agrava en el caso de familias de un "estrato socioeconómico bajo, con penurias económicas y donde no es raro encontrar varias generaciones de familiares viviendo bajo el mismo techo".

Los expertos animan a que, si una persona mayor se encuentra en esta situación, lo consulte a su médico de cabecera y solicite la ayuda de un psicólogo, y advierten de que en muchos casos se tiende a relativizar la situación y restar importancia al sufrimiento, "lo que ocasiona la detección tardía del problema".

Los ancianos que sufren este síndrome se suelen quejar de dolor físico y no emocional, y suelen ser los propios médicos de atención primaria quienes intuyen el problema real del paciente y le derivan a las Unidades de Salud Mental.