Usa el frío para calmarte

Con el frío, nuestro cuerpo devuelve los niveles de cortisol, vinculados al estrés, a la normalidad.

Se está comprobando que la exposición al frío intenso tiene efectos beneficiosos para la salud, especialmente para el sistema inmunitario. Pero salir a correr por la mañana en invierno o una ducha fría tienen otros efectos en tu mente, especialmente rebajar el estrés. En los experimentos con pacientes que sufrían depresión y ansiedad, las duchas de contraste en las que se pasaba de templada a muy fría sirvieron para mejorar los síntomas. Lo que ocurre dentro de nuestro cuerpo es que inicialmente existe una respuesta de estrés con un aumento de la hormona cortisol: hay vasoconstricción y aumenta la circulación sanguínea de la superficie del cuerpo a los órganos internos para conservar el calor. Esto incluye también al cerebro, que recibe una ola de sangre oxigenada y nutrientes. Después del «shock» inicial se vuelve a la normalidad, baja el cortisol, la sangre regresa a las extremidades y la piel, y es precisamente este paso de la excitación a la calma lo que mejora el estado del cerebro. El problema con el estrés crónico (el malo), producido por los atascos o el trabajo, es que los niveles de cortisol están altos durante todo el día, Con el frío nuestro cuerpo aprende a devolverlos a la normalidad.