Se busca al sicario fuera de España

El autor del crimen habría utilizado un silenciador. La Policía analiza un casquillo hallado junto al Porsche Cayenne donde atacaron a María del Carmen Martínez.

El asesinato de María del Carmen Martínez el pasado viernes en un concesionario propiedad de su familia mantiene conmocionada a Valencia, donde se celebró ayer un funeral multitudinario. El caso plantea una serie de incógnitas que dificultan su resolución y llevan a la Policía Nacional a barajar la posibilidad de que se trate de la obra de un profesional que podría encontrarse ya fuera de España, aunque por el momento no ha sido descartada ninguna teoría.

La hipótesis del sicario –junto con la posición acomodada de la víctima, viuda del ex presidente de la extinta Caja de Ahorros del Mediterráneo, Vicente Sala– sustenta la del móvil de una venganza económica, que cobró fuerza al comprobarse que no se trataba de un robo, pues ni el vehículo de alta gama en el que fue hallada la víctima ni su bolso y joyas le fueron sustraídos. Además, el carácter profesional del asesinato encajaría con el hecho de que ningún vecino ni viandante de la zona escuchara los dos disparos que recibió la mujer de 72 años y madre de cuatro hijos a quemarropa en la cabeza, pues pudo utilizar un silenciador para garantizar una huida discreta. Aun así, la calle en que se sitúa la escena del crimen está muy transitada y el propio ruido de los vehículos que pasan pudo ser el responsable de amortiguar el sonido de los impactos.

Asimismo, la autopsia, practicada en el Instituto de Medicina Legal de Alicante, ha desvelado que María del Carmen no pudo defenderse, lo que quiere decir igualmente que no ha sido posible recuperar material biológico de las uñas de la víctima con el que identificar al agresor, con quien resulta poco probable que entrara en contacto.

En este sentido tampoco ha sido hallada aún el arma homicida –los agentes únicamente encontraron un casquillo junto al Porsche Cayenne en el que fue atacada–, por lo que se supone que el autor del crimen –que al cierre de esta edición no se había cobrado detenidos– ha huido con ella o se ha deshecho de la misma en un lugar más alejado.

Todas las vías de la investigación continúan por lo tanto abiertas. De tratarse de un asesinato por encargo, la Policía no sólo se estaría enfrentando a un profesional sino que debería dar además con quien contrató sus servicios.