Tribunales

El terrible crimen que ha supuesto la cadena perpetua para Pablo Ibar

Falta de pruebas, derechos vulnerados, su "cómplice" absuelto... Un proceso judicial repleto de irregularidades que ha evitado que Ibar pueda salir de la cárcel

EL ESTADO CONTRA PABLO IBAR, la serie documental dirigida por Olmo Figueredo
EL ESTADO CONTRA PABLO IBAR, la serie documental dirigida por Olmo FigueredoHBOLa Razón

Casimir Sucharski era dueño del club nocturno "Casey's Nickelodeon" y el 27 de junio de 1994 celebraba un encuentro en su casa de Miramar las bailarinas Sharon Anderson y Marie Rogers. Una cámara de seguridad instalada en la vivienda pocos días antes captó cómo dos hombres encapuchados, armados con pistolas, entraron en la casa por la puerta corredera del salón, y agredieron, ataron y amordazaron a Sucharsky y a las dos mujeres. Durante 20 minutos, los asaltantes revolvieron toda la casa en busca de joyas y dinero. Encontraron el dinero que el empresario guardaba en sus botas y decidieron acabar con la vida de los tres. Antes de abandonar la casa, uno de los asaltantes desenrolla la camiseta que le tapaba la cara y se seca el sudor. La cámara capta el momento, pero la calidad de las imágenes no es buena. La cinta de VHS y la poca luz hace que sea muy complicado identificarle. Pero, a pesar de ello, esa se convierte en la principal prueba contra Pablo Ibar.

Ibar, que por aquél entonces tenía 22 años, era un joven problemático, que siempre andaba metido en líos. Sobrino del boxeador José Manuel Urtain, campeón de Europa de los pesos pesados, nació en 1972 en Fort Lauderdale (California) y trató de seguir los pasos de su padre Cándido, un reconocido pelotari. Pero las lesiones le impidieron cumplir su sueño de convertirse en jugador profesional. Al cumplir los 21 años, su vida comenzó a derrumbarse. Su madre residía en Florida y recibió una terrible noticia: tenía cáncer. Pablo no lo dudó y viajó desde Conecticut para estar con ella. Lo que comenzó como un viaje con un buen fin, terminó por convertirse en una pesadilla. Allí comenzó a meterse en ambientes sórdidos, malas compañías, drogas...

Un año después de su llegada se produjo el terrible crimen de Miramar. El caso conmocionó a la sociedad de Florida por su repercusión y porque se convirtió en uno de los casos más caros de la historia.

Ibar ya había comenzado a trapichear con drogas y dos semanas después del triple asesinato fue detenido por el asalto a una vivienda para cobrar una deuda por cocaína. Mientras él esperaba en el coche, sus cómplices entraron en la casa y actuaron igual que en Miramar: amordazaron a los dueños de la casa, pero uno de ellos logró zafarse de las ataduras y avisó a la policía. En cuestión de minutos, Ibar y el resto de la pandilla eran detenidos.

Durante esos días, los investigadores del crimen de Sucharsky analizaban las borrosas imágenes de la cámara de seguridad y cuando Ibar llegó al calabozo, uno de los agentes le identificó como el joven que se había quitado la camiseta. Ibar tenía coartada porque la noche de los asesinatos estaba con su novia en otro lugar pero esa prueba esa única prueba, totalmente inconsistente, hizo que le acusaran, junto a su amigo Seth Peñalver, del triple asesinato.

Que la hermana de la que era novia de Ibar, Tanya Quiñones, llamara a sus padres a Irlanda para "chivarse" de que el acusado había pasado la noche con Tanya -hay facturas que lo corroboran-, no fue prueba suficiente y la acusación siguió su curso.

Tampoco sirvieron de nada las informaciones que afirmaban que Sucharsky tenía muchos enemigos y que una de las familias mafiosas de Florida le quería muerto. Los agentes responsables del caso no cedieron ni un ápice e insistieron en que el joven de la grabación era Ibar.

El primer juicio, celebrado en 1997 fue declarado nulo por el jurado por la inconsistencia de las pruebas y la falta de credibilidad de los testigos pero Ibar siguió en prisión. Pero si las cosas ya estaban difíciles, podían complicarse más. Durante el segundo juicio, el abogado de Ibar tenía problemas personales y no estuvo a la altura de la dureza de la fiscalía, lo que provocó la total indefensión de su cliente: fue condenado a muerte en el año 2000. El fiscal calmó la sed de sangre de los familiares sin pruebas. en la escena había ADN de dos personas, pero no de él, y ni siquiera un fisionomista fue capaz de decir que Ibar era el joven de la imagen. Además, no se respetó la cadena de custodia de las pruebas.

De la mano de Peter Raben, Ibar presenta ante el Tribunal Supremo de Florida una apelación según la cual a Pablo le fue negado el derecho a un juicio justo basándose en que el tribunal que lo condenó tomó una serie de decisiones erróneas basadas en pruebas circunstanciales y de escaso fundamento que minan la fiabilidad del procedimiento. Antes de pronunciarse sobre el recurso de Pablo, el Alto Tribunal acuerda que se celebre un nuevo juicio en el caso de Seth Peñalver, a consecuencia de una apelación similar presentada por su abogado. Sin embargo, el 7 de septiembre de 2006, el Tribunal Supremo de Florida denegó a Pablo Ibar su petición de que se celebrara un nuevo juicio.

Esto hace que Pablo Ibar tenga que replantearse su estrategia. Ahora debe volver al tribunal original que le condenó a muerte y plantear una moción según la norma 3.851 del Estado de Florida y plantear lo inadecuada que fue su defensa por el abogado de oficio con que contaba en aquél momento.

El hermano y los padres de Pablo Ibar, con una foto del único español en el corredor de la muerte de EE UU
El hermano y los padres de Pablo Ibar, con una foto del único español en el corredor de la muerte de EE UUlarazon

El 16 de marzo de 2009 se celebró en el Tribunal de Broward County, una audiencia probatoria para examinar una moción presentada por la defensa. En la misma se argumentó que los derechos constitucionales de Pablo no fueron respetados en el juicio porque no disfrutó de una asistencia letrada efectiva y porque la principal prueba de cargo no es suficiente para condenar a una persona a muerte y más cuando ninguna de las huellas dactilares ni el ADN recogidos en el escenario del crimen coinciden con los del acusado.

Pocas fechas antes de la Audiencia Probatoria, su familia y su nuevo abogado, Benjamin Waxman, comparecieron en «María Elvira Live», un programa de televisión de gran audiencia en Florida. Pocos días después el mismo programa llevó a Juan Gispert, que afirmó que Ibar era inocente porque el verdadero autor de los crímenes se lo confesó con todo lujo de detalles. Según Gispert, que William Ortiz, 37 años, de origen puertorriqueño y que cumple condena en la cárcel de Columbia, fue el autor de los disparos en el crimen de Miramar.

Presentadas las pruebas en una nueva apelación, el Juez del Tribunal de Broward County accede a que cotejar el ADN e instruyó al Estado de Florida a que trabajara conjuntamente con la defensa agilizar todos los trámites. Las huellas dactilares recopiladas no pertenecen al acusado. Ahora el empeño era cotejar el ADN. En abril de 2009 un largo proceso que en octubre de 2010 confirmó que el ADN de Ibar tampoco estaba en la escena del crimen.

El juez Levenson del Tribunal de Broward County entonces pide tiempo para estudiar el caso y el 13 de febrero de 2012 se negó a la celebración de un nuevo juicio.

El 22 de diciembre de 2012 se abre una ventana a la esperanza para Ibar porque en la repetición del juicio contra Seth Peñalver el jurado, tras 10 días de deliberaciones le declaró no culpable. Si Seth había sido exculpado, Ibar debería serlo también pensaron la familia y sus abogados.

En 2018 comienza un nuevo juicio pero el juez tomó una serie de decisiones que impidieron la presentación de otras pruebas relevantes ante el jurado. Este hecho, junto con una actuación de la fiscalía que en todo momento alentó al jurado a decidir con las emociones y no con las pruebas, desembocó el 19 de enero de 2019 en un veredicto de culpabilidad. El mismo jurado lo condena a cadena perpetua el 23 de mayo de ese mismo año.

La última bala que le quedaba a Ibar tampoco la logrado su objetivo. El Tribunal de Apelaciones del Cuarto Distrito de Florida, con sede en West Palm Beach, acaba de hacer público el fallo en el que rechaza los argumentos de la defensa, que el pasado 28 de febrero solicitó la revocación de la cadena perpetua que actualmente cumple Pablo Ibar y la celebración de un nuevo juicio . La Sala ha desestimado todos los argumentos que esgrimió el abogado Joe Nascimento. El juez Dennis Bailey sólo ha analizado uno de los motivos argumentados por la defensa, que estudia ahora la posibilidad de interponer un recurso ante el Tribunal Supremo de Florida. Ibar, que lleva 28 años encarcelados, deberá seguir esperando a que se haga justicia.