Crimen de Asunta

Un nuevo testigo vio a Basterra tirar posibles pruebas del crimen

«Me he tenido que ir de mi casa, me has estado engañando y ni siquiera me has perdido perdón», reprocha a Rosario Porto

Alfonso Basterra
Alfonso Basterralarazon

Siete meses después del asesinato de Asunta, florece un nuevo testigo cuyo testimonio apunta a que el padre de la menor pudo destruir pruebas del crimen. Según su relato, al día siguiente de que la niña apareciera muerta en la cuneta de una pista forestal, vio cómo Alfonso Basterra se deshacía de «cosas» en un contenedor muy próximo a la finca de Teo donde presuntamente se asfixió a la pequeña. El sorprendente relato fija el avistamiento por la tarde y otorga un papel activo a Basterra en la ocultación de pruebas.

De ser verdad, ¿cómo pudo entrar en una casa precintada por la Guardia Civil la misma noche del crimen? Si lo hizo, ¿cómo no se dieron cuenta los agentes de que alguien había forzado la entrada? Vázquez Taín está convencido de que no eliminó evidencias del interior de la vivienda, pero le ha trasladado a sus íntimos su sospecha de que, a lo mejor, pudieron ser las alfombrillas del coche de Rosario Porto lo que tiró Basterra, pero ¿qué sentido tendría que un tipo que ha sido cuidadoso al milímetro para no ser grabado por ninguna cámara de vigilancia se vaya precisamente a un contenedor de Teo a deshacerse de pruebas?, ¿no sería más «seguro» haberlo hecho en cualquier otro lugar de la geografía gallega? Son preguntas que el magistrado se hace y que tratará de despejar en los próximos días, cuando llame a declarar al nuevo testigo a su juzgado.

Mientras, en el despacho de Vázquez Taín se acumulan los folios de la causa. Uno de los últimos informes en llegar tiene que ver con el contenido de los mensajes y emails que se mandaron Alfonso y Rosario en los meses previos al crimen y en los días posteriores a la muerte de Asunta.

El día 24 de septiembre por la noche, cuando Rosario ya ha sido detenida, Alfonso le envía el siguiente texto al móvil: «Te quiero. Llevo todo el día pensando en ti. Por encima de cualquier cosa, no olvides que eres el amor de mi vida. Tranquila. Todo se solucionará y pronto volveremos a estar juntos. Te estaré esperando, mi pequeña Deditos». ¿Cuadra este mensaje con el de un padre doliente a cuya hija han asesinado tres días antes?

El magistrado que instruye el caso también ha fijado su atención el los sms que los padres de Asunta se cruzaron el día 18 de septiembre, tres días antes de la muerte de su hija.

Según el magistrado, esa jornada fue una de las tres en las que se puede demostrar que la pequeña fue sedada con Orfidal por Alfonso Basterra. De hecho, ese día no acudió al colegio ni a las actividades extraescolares. Asunta pasó la noche en casa de su padre y cuando Rosario supo que no se encontraba bien, escribió a su ex marido: «Cuando llegues a tu casa, mándame un whatsapp y cuéntame cómo está la enana, ¿vale?» Minutos después él responde: «La enana está bien. Está leyendo aunque tiene aún algo de carucha y también un poco de cuentitis. Lo que tiene que hacer hoy es dormir bien y mañana estará perfectamente». ¿Sabían que investigarían sus sms?, ¿era un plan preconcebido y estaban dejando pistas falsas?, ¿desconocía Rosario que Alfonso drogaba a su hija? Conversaciones desconcertantes para las que se pueden encontrar muchas posibles explicaciones. Lo que sólo admite una es el monumental enfado de Alfonso Basterra tras ser abandonado por su esposa cuando ella se enamoró de otro hombre.

Rabia y descontento

La rabia, el descontento y los reproches salen a relucir en los emails que obran en la causa y que le envía a Rosario: «Así que después de haberme visto obligado a firmar un contrato de divorcio en cuestión de horas, haber sido expulsado de la casa en la que he vivido durante años como si fuera un apestado, haber perdido mi trabajo, enterarme de que mi mujer me ha estado engañando durante meses, contándome delante de mis propias narices no sé cuántas mentiras y dejar de ver a mi hija, entenderás, aunque lo dudo, cómo me puedo sentir. Y por cierto, no te has dignado ni a pedirme una sola vez perdón (ahora ya es tarde)». En otro, refiriéndose al amante de su ex mujer dice: «De todas formas, te doy un consejo: analiza qué clase de hombre es el que tiene a su mujer embarazada y se acuesta con otra, y no contento con eso lo sigue haciendo después de haber sido padre. Sólo pensarlo me dan ganas de vomitar», explica en otra de los correos que remite a Rosario Porto.

A estas alturas son pocas las pruebas que quedan por practicar. Las previsiones son que el juicio sobre el «caso Asunta» se celebrará previsiblemente el próximo mes de noviembre. Será la última oportunidad que tendrá Alfonso Basterra para desmentir a los testigos y para explicar su comportamiento.