Seguridad

Ni viviendas ni plazas de garaje: este es el nuevo objetivo de los okupas en España

Este nuevo tipo de okupación se da principalmente en zonas rurales. Una sentencia en Mallorca desata el temor de los propietarios

Cada vez son más las casas con okupas en la Comunidad ante la indignación de propietarios y vecinos
La Guardia Civil acudiendo a revisar un caso de okupaslarazonCOORDINADORA MERUELO SIN OKUPAS

El fenómeno okupa sigue sin controlarse en España. La reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que permite que los delitos de allanamiento de morada y usurpación de vivienda se tramiten bajo el procedimiento de juicios rápidos, no es suficiente para acabar con estos casos. Diariamente nuevas viviendas son okupadas y muchas no por necesidad. Cinco hermanos llevan okupando durante 30 años una vivienda mientras llevan una vida de lujo: “Acaban de vender una finca por tres millones y tienen un barco”.

También aprovechan cualquier situación para entrar en los inmuebles, como pasó en Madrid. Unos okupas utilizaron el apagón masivo para entrar en una vivienda, propiedad de Sareb. Pese a la acción de los vecinos, se instalaron en el hogar, que ya fue desalojado este mismo enero, y cambiaron la puerta de entrada. Uno de ellos explicó a LA RAZÓN el infierno que están viviendo, con agresiones, amenazas y actos vandálicos.

Por si fuera poco, se van reinventando y buscando nuevos lugares. La ocupación de plazas de garaje se ha convertido en un desafío creciente que afecta a numerosos propietarios. Ya sea por desconocimiento o con intención deliberada, no es extraño regresar de unas vacaciones o incluso de un fin de semana y encontrar un vehículo estacionado en nuestro espacio privado. Este tipo de okupación no es para vivir ahí, pero sí uno nuevo que está empezando a preocupar en España, especialmente en zonas rurales.

Este es el lugar donde los okupas se instalan en los pueblos

El nuevo objetivo de los okupas son las casetas de aperos. Son casetas o pequeñas construcciones situadas en las fincas o en los campos para guardar las herramientas o refugiarse del calor o mal tiempo durante las horas que se está en esas zonas rurales. Algunas son de un tamaño considerable y cuentan con sillones o colchones, que pueden ser ideales para un breve descanso, pero no cuentan con las condiciones mínimas de salud. Además, solo algunas tienen agua y luz.

Pese a ello, se han convertido en un objetivo por la poca seguridad jurídica que tienen los dueños de estas fincas con las casetas. Entrar a vivir en una caseta en mal estado y sin servicios básicos no constituye delito en muchos casos al no tener las condiciones mínimas para poder considerarse una vivienda. Esto lo convierte en un blanco fácil y genera grandes problemas a los dueños, que sufren para recuperar lo que les pertenece.

Un caso en Mallorca muestra el problema

Esto no es algo abstracto, hay casos reales. Uno de ellos tuvo lugar en una finca de la isla de Mallorca, según reveló el medio local 'Diario de Mallorca'. Un propietario denunció una okupación al descubrir a dos personas que habían entrado en una pequeña caseta de su finca, que utilizaba como almacén para sus herramientas. Ninguno de ellos quería salir y puso el manos en caso de la Guardia Civil. La denuncia llegó a la justicia, pero no acabó como esperaba.

Tras la denuncia se celebró un juicio leve y se condenó por un delito leve con sanción económica a los acusados. Sin embargo, hubo una vuelta de tuerca. Ambos recurrieron la sentencia a la Audiencia de Palma y fueron absueltos. La sentencia, diferente a la primera, fue la siguiente según el medio local:" El tribunal, basándose en la interpretación que se han realizado sobre otros hechos parecidos, establece que no se puede hablar de delito, aunque sea leve, de usurpación porque se trata de una casa de aperos, que no disponía de las mínimas condiciones para poder se habitada".

La caseta se encontraba en mal estado y no estaba cerrada del todo, por lo que la justicia consideró que no se podía considerar que hubiera delito contra la propiedad privada, por lo que estaba fuera de la protección penal. Esto supone que no se puede condenar a nadie por ese hecho. No significa que siempre sea así, ya que si la caseta tuviera luz o agua, todo podría cambiar.