Espacio
El 3I/ATLAS estaría absorbiendo rayos cósmicos: los científicos están muy preocupados
El 3I/ATLAS se ha convertido en una pieza clave en un tablero que cada vez descoloca más a los expertos debido a su complejidad: ¿visitante extrasolar o simple cometa?
El 3I/ATLAS se ha convertido en un auténtico hervidero de teorización. Mientras cuestiones como la IA se van convirtiendo en una realidad mundana y no en una cuestión de ciencia ficción, nos encontramos con que allende nuestros cielos se encuentra una pieza cósmica que está generando tantas dudas que es difícil saber realmente qué es lo que está pasando. Sobre todo ahora que ha lanzado su primera señal a la Tierra.
Entre los cruces de acusaciones de aquellos que aseguran que es un objeto inteligente, frente a aquellos que aseveran que es un simple cometa, hay legiones de científicos que tratan de defender sus posturas haciendo uso de la ciencia como materia, y no de la mera superchería. Además, no es sencillo investigarlo desde la Tierra, aunque tengamos detalles del telescopio Merkaat.
Es así como un nuevo artículo disponible para preimpresión en Arxiv está hablando de cómo el cometa absorbe rayos cósmicos y de por qué esto es una malísima noticia para la investigación espacial. Vamos a intentar desentrañarlo.
El 3I/ATLAS absorbe rayos cósmicos
El tercer visitante interestelar que llega al Sistema Solar desde otros lugares tiene una composición química rara. Específicamente tiene una cantidad altísima de CO2 en relación con el agua que lleva en su interior. Así, es algo extraño de cara a los cometas que sí que orbitan nuestro propio sistema y con los que estamos más familiarizados.
El problema es que un nuevo estudio cree que el cometa ha sido procesado por rayos cósmicos galácticos, lo que significa que han bombardeado la superficie del cometa durante mil millones de años, lo que significaría que ha cocinado la capa exterior convirtiendo el monóxido de carbono original en dióxido de carbono que ahora vemos, creando una costra procesada y rica en orgánicos en su superficie.
Esto se traduce en malas noticias, en buena medida porque los astrónomos esperaban que estos cometas fueran mensajeros que no han sido tocados por ningún tipo de mácula, permitiendo estudiarse como cápsulas del tiempo intactas que permitirían saber de qué están hechas otras estrellas y sistemas planetarios. Si esta hipótesis es correcta, no estamos viendo el material original e intacto del cometa.
Lo que estaríamos observando es solo la costra quemada por la radiación del viaje. El material original y puro estaría enterrado debajo, por lo que jamás podrá ser analizado. Desafortunadamente, el 3I/ATLAS nos podría dar muchos datos sobre los efectos de un viaje interestelar, pero no sobre sus orígenes. Esto hace que sea interesante, pero que perdamos el punto real sobre sus orígenes.