Movilidad
Una semana con el Tesla Model Y (2025): un coche increíble en una situación delicada
Lo confieso: si el Tesla Model 3 ya me dejó con ganas de no volver a mi antiguo coche, el Model Y, después de mil kilómetros y una semana de uso intensivo, ha terminado de conquistarme. Es la prueba definitiva de que, a pesar de los desafíos que enfrenta la marca de Elon Musk, Tesla sigue siendo, en muchos aspectos, una referencia
Hace unos meses, os conté mi experiencia con el Tesla Model 3 (2024), el famoso "Highland". Me bajé de él convencido de que era un coche increíblemente avanzado en tecnología, seguridad y, sobre todo, en la experiencia de conducción. Pues bien, ahora le ha tocado el turno a su hermano mayor, el Tesla Model Y, la versión Long Range con doble motor y tracción total (AWD), en un elegante color Stealth Gray. Un modelo que, como sabéis, llegó a España hace unos meses con la promesa de mantener esa esencia Tesla, pero con más espacio y una estética renovada.
Y os lo digo claro: este coche es una bestia. No es solo un Model 3 más grande; es una reafirmación de la filosofía Tesla, un vehículo que, a pesar de los vientos en contra que soplan para la compañía, sigue demostrando que está a años luz de la competencia en ciertos aspectos clave. Pero también me ha dejado claro que la vida de Tesla no es un camino de rosas, y que hay una guerra abierta en el sector del coche eléctrico que va más allá de los kilómetros de autonomía.
El diseño: sutiles cambios que marcan la diferencia (y un guiño al Cybertruck)
Si algo tienen los Tesla, es que su diseño no deja indiferente. Minimalistas, futuristas, a veces un poco controvertidos, pero siempre reconocibles. El Model Y, como hermano mayor del Model 3, comparte gran parte de esa estética, tanto en el interior como en el exterior. Sin embargo, en esta nueva versión, han introducido unos cambios que, a mí, personalmente, me parecen muy acertados.
El frontal, por ejemplo, ha recibido un lavado de cara que irremediablemente recuerda al mismísimo Cybertruck. Esa luz delantera más afilada y minimalista que atraviesa horizontalmente el frontal, le da un toque de agresividad, una mirada más moderna que encaja a la perfección con la estética de la marca. Es una evolución lógica y bien ejecutada que le da un carácter más definido, algo que su predecesor, quizás, no tenía tan marcado.
Pero donde de verdad han dado en el clavo es en la trasera. El efecto de luz degradado de color rojo sobre el logo de Tesla es un rasgo muy característico. Le da una personalidad brutal, un toque distintivo que no se ve en otros coches y que, bajo mi punto de vista, debería ser un rasgo a copiar en el resto de modelos futuros de la marca. Es un detalle que suma mucho al conjunto y que le da un aire más premium y tecnológico.
En general, el Model Y mantiene esa estética limpia y sin estridencias que caracteriza a Tesla. El color Stealth Gray que he probado le sienta de maravilla, dándole un toque de elegancia y sigilo que combina muy bien con sus líneas aerodinámicas. Es un coche que impone presencia, pero lo hace con sutileza. No es un alarde de barroquismo, sino una demostración de que la simplicidad bien ejecutada también puede ser espectacular.
Al volante: agilidad inesperada y la experiencia tesla pura
Aquí viene una de las grandes sorpresas (o no tan sorpresa, si ya habéis probado un Model 3). A pesar de su mayor tamaño y altura respecto al Model 3, la experiencia de conducción con el Tesla Model Y Long Range es increíblemente similar a la de su hermano pequeño. Sigue siendo un coche muy ágil, con un tacto muy deportivo y una dirección dura que te da una sensación de control absoluto. Es una gozada meterlo en curvas, y su respuesta es instantánea y contundente. La entrega de potencia es, como en todos los eléctricos, inmediata, pero en Tesla parece que tiene un "algo más" que te pega al asiento de una forma que engancha.
El sistema de frenado regenerativo sigue siendo uno de mis favoritos. Permite decelerar el coche simplemente soltando el acelerador, usando el motor eléctrico en lugar de los frenos convencionales. Esto contribuye a una conducción más fluida y eficiente, aunque sí, al principio, requiere un pequeño periodo de adaptación para quienes vienen de un coche de combustión. Al principio, el coche frena más de lo esperado cuando sueltas el pedal, pero una vez te acostumbras, es una maravilla.
Ahora bien, no todo es perfecto. La mayor altura del Model Y, aunque le da ese aire de SUV y facilita el acceso al habitáculo, se traduce en una mayor resistencia al viento. Esto implica que, a pesar de su excelente coeficiente aerodinámico, el sonido del viento se nota más cuando se conduce a alta velocidad en autopista. No es algo dramático, pero sí es un ruido más presente que en un Model 3, y es un pequeño detalle que, en un coche tan silencioso por lo demás, se percibe.
La pantalla central: el cerebro del coche (y sus peculiaridades)
Si hay algo que define el interior de un Tesla, es su pantalla central. En el Model Y, es, de nuevo, la gran protagonista. Una pantalla que no solo es el centro de infoentretenimiento, sino el panel de control principal de prácticamente todo el vehículo. Y sí, hay que acostumbrarse a ello, quieras o no. Desde ahí se maneja todo: la velocidad, la climatización, la navegación, la música, los ajustes del coche... Es una filosofía que simplifica mucho el diseño interior, haciéndolo extremadamente minimalista, pero que concentra toda la interacción en un solo punto.
En mi experiencia, la interfaz de Tesla sigue estando a años luz de los modelos venidos desde China que he podido probar hasta ahora y, en general, de la mayoría de sus competidores. Es intuitiva, fluida y responde al instante. Los menús están bien organizados y encontrar lo que buscas es sorprendentemente fácil una vez te acostumbras. El sistema de navegación de Tesla es uno de los mejores del mercado, ofreciendo información precisa y en tiempo real sobre el tráfico y las estaciones de carga, y es capaz de planificar rutas teniendo en cuenta la batería restante.
Además de eso, Tesla parece haber escuchado nuestras plegarias y ha recuperado la palanca lateral para los intermitentes que había desaparecido en el Model 3. Lo que sigue sin estar presente es el selector de marchas físico, y sigue siendo necesario recurrir a la pantalla táctil, o bien confiar en el modo de cambio automático, que si bien actúa de manera precisa a la hora de realizar maniobras para aparcar, no siempre es infalible.
Otros detalles del interior que suman son la iluminación ambiental personalizable y la pantalla trasera para los pasajeros, que les permite disfrutar de contenidos de forma independiente en viajes largos.
Autopilot: el futuro, con sus matices
Uno de los puntos clave de cualquier Tesla es su sistema de conducción autónoma, el Autopilot. En el Model Y Long Range que he probado, he podido testar el sistema con Autogiro (en fase beta), y tengo que decir que funciona de manera excelente. Es capaz de mantener el coche centrado en el carril, ajustar la velocidad al tráfico y, lo más sorprendente, cambiar de carril de manera autónoma para adelantar o seguir la ruta marcada en vías rápidas. Es una auténtica maravilla para trayectos largos.
Sin embargo, como toda tecnología en desarrollo, tiene sus matices. He tenido algunos problemas con esta función en ciudad, especialmente cuando hay coches en doble fila o en rotondas. En esas situaciones, el sistema puede dudar o hacer movimientos que no te transmiten total confianza, lo que te obliga a tomar el control rápidamente. Es un recordatorio de que, aunque el Autopilot es impresionante, aún no es un sistema completamente autónomo que puedas usar en cualquier contexto. La conducción asistida es genial, pero la responsabilidad final sigue siendo del conductor.
Aun sin el Autopilot completo, el Model Y cuenta con un conjunto de cámaras que facilitan mucho el aparcamiento, calculando distancias y mostrando los obstáculos en pantalla. El reconocimiento de señales, vehículos y peatones también funciona de maravilla.
Autonomía y la magia de los supercargadores
La autonomía es, probablemente, la mayor preocupación para cualquiera que se plantee comprar un coche eléctrico. El Tesla Model Y Long Range Dual Motor AWD que he probado promete más de 600 kilómetros de autonomía según la marca. Y os lo digo claro: con una conducción suave que combine uso por carretera y ciudad, esta cifra se puede ajustar bastante a la realidad. Es un coche que te da tranquilidad para trayectos largos y para olvidarte del cargador en el día a día.
Y hablando de carga, aquí Tesla juega en otra liga. La infraestructura de Supercargadores de Tesla es, sin duda, la mejor del mercado. Cargar en un Supercharger es infinitamente más cómodo y hay menos fricción para el usuario que en cualquier otra estación de carga. La experiencia es fluida, el reconocimiento es automático, la carga es rápida (una carga completa toma entre 40 y 50 minutos) y el pago es transparente. Es un ecosistema que funciona de maravilla y que elimina de un plumazo muchas de las preocupaciones asociadas a la carga de un eléctrico.
El momento complicado de Tesla
No podemos hacer esta review sin ponerla en contexto. Tesla no está viviendo su mejor momento. La imagen de Elon Musk se ha visto perjudicada de manera notable desde su entrada, aunque ahora ya no forma parte, en el equipo de Gobierno de Donald Trump, con quien, de hecho, su relación se ha enturbiado de manera notable en las últimas horas. Esto, sumado a una competencia feroz, ha afectado a la marca hasta el punto de desplomarse en un 14%, perdiendo cerca de 150.000 millones de dólares de valor.
La amenaza de los coches eléctricos chinos es real y potente. Hace unas semanas, por ejemplo, tuve la oportunidad de probar el Xpeng G6, un SUV eléctrico que, a un precio muy competitivo, ofrece una tecnología y un rendimiento que plantan cara directamente a Tesla. Marcas como BYD o Xpeng están llegando con propuestas muy atractivas y precios agresivos, presionando a Tesla a bajar sus tarifas y a innovar aún más rápido. Esta competencia asiática está obligando a Tesla a reinventarse, a seguir empujando los límites de la tecnología y a buscar nuevas formas de diferenciarse.
Conclusión: ¿Es el Model Y el coche definitivo?
Después de mil kilómetros y una semana exprimiendo el Tesla Model Y Long Range, mi veredicto no es muy diferente del que pude dar tras la prueba del Model 3: volver a mi antiguo coche después de llevar el Model Y va a ser traumático. Este SUV eléctrico es una maravilla. Es un coche increíblemente ágil para su tamaño, con un tacto deportivo que engancha. Su software sigue siendo la referencia del mercado, su infraestructura de carga es imbatible y la autonomía de la versión Long Range te da una tranquilidad brutal. Además, el Autopilot (incluso en beta) te hace la vida más fácil en carretera.
Sin embargo, no es perfecto. La ausencia de un mando físico para el cambio de marchas sigue siendo un pequeño incordio en determinadas situaciones, el ruido del viento es más notorio que en un Model 3, y el Autopilot aún tiene margen de mejora, sobre todo en nuestro país, donde las limitaciones son aún mas notables teniendo en cuenta el precio de este extra.
Pero la cosa es así: a pesar del momento complicado de Tesla y la feroz competencia china, el Model Y demuestra que la marca sigue siendo pionera en muchos aspectos. No es solo un coche; es una experiencia tecnológica sobre ruedas. Es una máquina que, a pesar de las controversias que rodean a su creador y a la marca, te hace mirar al futuro de la automoción y te deja con la sensación de que, sí, este podría ser el camino. ¿El coche definitivo? Quizás no. ¿Uno de los más interesantes y disruptivos? Sin duda alguna.
Precio del Tesla Model Y y dónde comprarlo
El nuevo Tesla Model Y está disponible desde principios de año en nuestro país, como de costumbre, a través de la página web oficial de Tesla. El precio parte desde 44.990 euros en la variante más básica, y va en aumento dependiendo de la configuración elegida:
Tesla Model Y Tracción Trasera: 44.990 euros
Tesla Model Y Gran Autonomía con Tracción Trasera: 49.990 euros
Tesla Model Y Gran Autonomía con Tracción Integral: 52.990 euros
Es de esperar que, como ya ha sucedido con el resto de modelos de la marca, en un futuro exista una versión Performance con más potencia y algunos pequeños cambios estéticos.