
Inteligencia artificial
Bill Gates, sobre la IA y la desigualdad mundial: "Es la herramienta más grande para reducir la inequidad que jamás hayamos tenido"
Los avances médicos de las últimas dos décadas han reducido los fallecimientos infantiles en los países más desfavorecidos, cuestión que la inteligencia artificial debería minimizar aún más

Dejar a un margen un proyecto que ha nacido de las ilusiones e ideas de uno resulta complicado. Lo habitual es ir delegando en personas de confianza, pasando menos tiempo vinculado a ello y buscar otras facetas de la vida que ocupen ese espacio y esa pasión. Ese fue, al menos, el camino que recorrió Bill Gates cuando tuvo la sensación de que había dado ya lo mejor de sí a Microsoft.
El cofundador de la compañía dejó su cargo como director ejecutivo en el año 2000, puesto en que tomó el relevo Steve Ballmer. De todos modos, durante los seis años siguientes Gates continuó en la empresa como arquitecto jefe de software, con lo que su contacto con el día a día seguía estando presente. De 2006 a 2014 su papel se limitó a ser el presidente del consejo de administración y tras ello, el multimillonario se centró en un objetivo como la filantropía, tratando de ayudar en sectores desfavorecidos o que necesitan de un impulso adicional.
Apoyo a causas solidarias y vinculadas con la salud
Bill Gates impulsa la ayuda a investigaciones médicas en distintas áreas desde la Fundación Gates, labor que considera que puede ir más allá gracias al impacto positivo que puede tener la inteligencia artificial en materia de salud. Para el empresario, si hay algo que puede y debe mejorar con la inteligencia artificial es la reducción de la brecha que existe a nivel global en materia de salud, tal como recogió en una publicación de su blog personal en marzo de 2022.
A esa perspectiva del Bill Gates más social y altruista influyeron las situaciones que el magnate ha tenido que afrontar en los últimos años, como la pérdida de su padre por Alzheimer. La preocupación de Gates por los estudios médicos es genuina y en su escrito reconoció que, pese a que se han hecho avances en las últimas dos décadas, deberían ser aún mayores en el futuro, con la inteligencia artificial como puente que tender ante la desigualdad entre países:
“He estado pensando mucho en cómo la IA puede reducir algunas de las peores desigualdades del mundo. 5 millones de niños menores de 5 años mueren cada año. Casi todos estos niños nacieron en países pobres y mueren por causas prevenibles, como la diarrea o la malaria. Es difícil imaginar un mejor uso de la IA que salvar la vida de niños”.
La postura de Bill Gates sobre la necesidad de un uso que cause un beneficio general por parte de la inteligencia artificial no es nueva, como tampoco lo es su defensa de los más desfavorecidos. Esa idea incluso le llevó a confrontar con el fundador de Tesla y SpaceX, Elon Musk, que durante su etapa al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) llevó a cabo recortes que repercutían precisamente en labores humanitarias a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
El lado más humano de Bill Gates queda patente, como también lo hace su llamamiento a que los agentes implicados en el desarrollo de los diferentes modelos de lenguaje que impulsan la inteligencia artificial centren parte de sus esfuerzos en un área como la salud. El razonamiento de Gates deja claro que el impacto de orientar la IA a un área como la medicina puede reducir de forma notable esa desigualdad imperante en el mundo y que, tal como remarca el propio Gates, tiene como víctimas a los más pequeños del planeta.
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