Medidas drásticas

Europa enciende las alarmas: da móviles "de usar y tirar" a sus funcionarios para viajar a EEUU

Según informes recientes, altos funcionarios y personal que viajan a Estados Unidos en misión oficial están recibiendo portátiles y teléfonos "burner" (dispositivos limpios y temporales) para evitar posibles intentos de espionaje

Una bandera de la Unión Europea
Una bandera de la Unión EuropeaUnsplash

Cuando uno piensa en las grandes alianzas geopolíticas, la relación entre Europa y Estados Unidos siempre ha sido un pilar fundamental. Décadas de colaboración económica, militar y política lo atestiguan. Sin embargo, parece que los vientos han cambiado drásticamente, y que la confianza se ha erosionado hasta tal punto, que se están adoptando protocolos de seguridad propios de escenarios hostiles.

Hablamos de medidas tales como el uso de dispositivos electrónicos "anti-espionaje", una táctica habitual al visitar países donde se espera una vigilancia electrónica agresiva por parte de las autoridades locales.

La noticia, adelantada por el Financial Times, ha caído como un jarro de agua fría en los círculos diplomáticos: la Comisión Europea está proporcionando portátiles básicos y teléfonos móviles de usar y tirar a parte del personal que viaja a Estados Unidos por motivos de trabajo. ¿La razón? Según las fuentes citadas, el objetivo es blindarse ante el riesgo de ciberespionaje. "Están preocupados de que Estados Unidos se meta en los sistemas de la Comisión", afirmaba una de las fuentes.

"La alianza transatlántica ha terminado": ¿Simple precaución o síntoma de una ruptura?

Este movimiento, aunque sorprendente, no puede entenderse de forma aislada. Es el reflejo de un deterioro palpable en las relaciones transatlánticas durante los últimos tiempos, marcadas por tensiones comerciales, desencuentros diplomáticos bajo la administración Trump y una creciente sensación de distancia.

Varios países miembros de la UE, como Alemania, Dinamarca o Países Bajos, ya han actualizado sus recomendaciones de viaje para sus ciudadanos que visitan EEUU, instando a la máxima cautela o incluso a reconsiderar el viaje tras varios incidentes con viajeros europeos detenidos o con problemas de entrada.

Que los servicios de inteligencia se espíen entre sí, incluso entre aliados, es un secreto a voces en las relaciones internacionales (la excanciller alemana Angela Merkel experimentó esto en carne propia cuando se reveló que la NSA estadounidense había estado escuchando su teléfono móvil). Sin embargo, pasar de asumir cierto nivel de vigilancia a recomendar activamente el uso de dispositivos electrónicos completamente aislados y temporales supone un cambio cualitativo muy significativo. Implica una falta de confianza fundamental en la seguridad de las comunicaciones y en la integridad de los propios aparatos una vez pisan suelo estadounidense.

Algunos funcionarios europeos, citados por el FT, llegaban a afirmar categóricamente: "La alianza transatlántica ha terminado". A efectos prácticos de seguridad para los viajes oficiales, esta medida sitúa a Estados Unidos al mismo nivel de riesgo percibido que China o Rusia.

Expertos en geopolítica, como Luuk van Middelaar del Brussels Institute for Geopolitics, señalan al FT que Washington, independientemente de quién ocupe la Casa Blanca, "es un adversario propenso a usar métodos extra-legales para promover sus intereses", y que la Comisión simplemente está "aceptando la realidad".

¿Y cuál es la postura oficial de Bruselas ante estas informaciones? Como era de esperar, la respuesta es diplomáticamente comedida. Un portavoz de la Comisión Europea, en declaraciones a The Register, no negó directamente que se estuvieran entregando estos equipos. Afirmó que no existe una "guía oficial" que obligue al uso de este tipo de dispositivos, pero sí admitió haber "actualizado recientemente varias fichas de recomendaciones de viaje específicas por país" para los funcionarios, reflejando "los cambios en la forma de comunicar de la Comisión y el incremento general de amenazas globales de ciberseguridad".

Una manera elegante de confirmar la práctica sin acusar directamente a su aliado, aunque pocos dudan de quién es el destinatario principal de esta nueva serie de recomendaciones. También mencionaron la recomendación de vincular los visados electrónicos a los pasaportes diplomáticos de la UE para dejar claro el carácter oficial de las visitas.

En definitiva, la historia de los "móviles anti-espía" para viajar a EEUU va mucho más allá de una simple anécdota tecnológica. Es un síntoma alarmante del estado de salud de la relación transatlántica, una muestra de la profunda desconfianza que se ha instalado entre socios que, hasta no hace mucho, se consideraban los más firmes aliados. Aunque los espías siempre espiarán, este nivel de precaución entre "amigos" es, cuanto menos, preocupante.