Navegadores

La UE obligó a Apple a permitir navegadores de terceros, pero 16 meses después no existe ni uno

Han pasado 16 meses desde el cambio, pero ningún navegador ha dado el paso: ¿Apple lo impide o falta interés?

Icono de Safari
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Han pasado ya 16 meses desde que la Ley de Mercados Digitales (DMA) obligó a Apple a permitir navegadores con motores distintos a WebKit en iOS dentro de la Unión Europea. Pero la pregunta que muchos se hacen es: ¿dónde están esos navegadores? Según la organización Open Web Advocacy (OWA), Apple sigue imponiendo obstáculos técnicos y económicos que, en la práctica, impiden una competencia real.

Entre las barreras que denuncia la OWA se encuentran la falta de herramientas de prueba para desarrolladores fuera de la UE, condiciones legales agresivas y la obligación de crear una app completamente nueva para poder utilizar un motor distinto a WebKit. Esto implica que empresas como Google no puedan simplemente actualizar su navegador Chrome para integrar Blink, sino que deben lanzar una versión totalmente nueva para Europa. ¿La consecuencia? Se pierde la base de usuarios actual y hay que mantener dos versiones del mismo navegador.

Un cambio que no ha supuesto ningún cambio

Apple introdujo el soporte para navegadores sin WebKit con la llegada de iOS 17.4, en un intento por cumplir con las exigencias de la DMA. Sin embargo, desde la OWA aseguran que esto no basta para considerar que Apple esté cumpliendo “de forma efectiva” con la normativa europea. Al fin y al cabo, la letra pequeña de sus condiciones sigue beneficiando a Safari por encima de cualquier alternativa.

Mozilla ya expresó su malestar el año pasado, asegurando que las restricciones de Apple suponen una carga para quienes intentan ofrecer alternativas a Safari. “Las propuestas de Apple no dan a los consumidores opciones reales y hacen que competir sea tan doloroso como sea posible”, señaló Damiano DeMonte, portavoz de Mozilla. Una crítica que pone en evidencia que, aunque sobre el papel Apple cumple con la normativa, en la práctica limita que haya una competencia justa.

¿Y por qué tanto interés en proteger Safari? La OWA lo tiene claro: porque es una de las fuentes de ingresos más rentables para Apple. Solo por el acuerdo con Google para usar su buscador por defecto en Safari, Apple ingresa unos 20.000 millones de dólares al año, lo que representa entre el 14 y el 16 % de su beneficio operativo anual. Por cada punto porcentual que Safari pierda en cuota de mercado, la compañía dejaría de ingresar unos 200 millones de dólares.

Fuera de Europa, la presión también llega desde Reino Unido, donde los reguladores investigan si Apple y Google están frenando la innovación en los navegadores móviles. Y todo apunta a que las cosas no se quedarán quietas. Porque si hay algo que está claro es que la batalla por la web abierta no ha hecho más que empezar.

¿Impedimentos o falta de interés?

Aunque la normativa permite que los desarrolladores utilicen sus propios motores en sus navegadores, lo cierto es que también hay una evidente falta de interés por hacerlo. En la práctica, un navegador con un motor distinto implica desarrollar dos aplicaciones distintas: una para la Unión Europea y otra para el resto del mundo. El problema de la base de usuarios se podría solucionar fácilmente con un banner que informe sobre la existencia de una nueva versión, algo que Apple permite.

Además, hay que tener en cuenta que las reglas también permiten lanzar una app que combine WebKit y otro motor dentro de la misma aplicación, una posibilidad que tampoco se ha aprovechado hasta ahora. Casi medio año después de la entrada en vigor del cambio, lo cierto es que no existe ningún navegador con un motor diferente a WebKit. Entonces, ¿el problema está en las restricciones de Apple o en la falta de interés real?