
Drones submarinos para pasar droga
Starlink, el internet por satélite de Elon Musk, al servicio del narcotráfico: captan el primer "narcosubmarino" no tripulado
La Armada de Colombia intercepta el primer submarino droga convertido en dron con tecnología satelital

Los cárteles colombianos acaban de dar un paso que parecía imposible hasta hace poco. La Armada del país ha interceptado el primer submarino semisumergible convertido en dron para el tráfico de drogas, y la sorpresa es que llevaba un terminal Starlink de SpaceX para su control remoto. El vehículo, encontrado vacío en aguas del Caribe, demuestra hasta dónde están llegando estas organizaciones para evitar riesgos humanos en sus operaciones.
La cosa no es baladí: tradicionalmente estos "narco-subs" necesitaban tripulación humana para funcionar, con todos los riesgos que eso conlleva. Ahora, Tom's Hardware se hace eco de que este es el primer caso documentado en el Caribe de uno de estos submarinos completamente automatizado y conectado vía satélite gracias a la tecnología de SpaceX.
Lleva décadas usándose este tipo de submarinos artesanales para pasar droga por debajo del radar, pero lo de convertirlos en drones cambia las reglas del juego por completo. Sin tripulación no hay testigos, no hay gente que pueda ser capturada e interrogada, y desde luego no hay vidas humanas en riesgo durante las operaciones. Para los cárteles, es una ventaja enorme.
La conexión Starlink les abre un mundo de posibilidades. Los planes comerciales de SpaceX van desde 250 hasta 2.150 dólares al mes según lo que necesites, que no es nada comparado con los millones que pueden mover en un solo viaje. Es como pagar el seguro del coche cuando te juegas la casa entera.
Este no es el primer caso que se conoce. Ya en noviembre del año pasado se interceptó algo parecido cerca de las islas Andamán y Nicobar, en India, también equipado con tecnología de la empresa de Musk. Parece que la idea está extendiéndose por todo el globo, lo que no es precisamente una buena noticia.
La cosa va más allá: un solo equipo puede controlar varios submarinos a la vez desde tierra firme. Es como tener una flota de drones, pero para el narcotráfico marítimo. La capacidad de transporte se multiplica sin que los riesgos crezcan en la misma proporción.
Las autoridades no se quedan de brazos cruzados. Cada terminal Starlink está registrado a una cuenta específica, lo que en teoría permite rastrear patrones de uso sospechosos. El problema es que hay que saber dónde buscar, y el mar es muy grande.
La colaboración con SpaceX se presenta como una necesidad, aunque la empresa tiene sus propias políticas sobre privacidad de usuarios. No es fácil encontrar el equilibrio entre perseguir a los malos y proteger los derechos de los usuarios legítimos.
El gran problema llega cuando estos cacharros salen de aguas territoriales. En mar abierto las cosas se complican mucho, especialmente si los criminales aprovechan los vacíos legales entre países para escabullirse. Es una carrera entre la tecnología criminal y las fuerzas del orden, y ahora mismo no está claro quién va ganando.
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