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Coronavirus: ¿Por qué no debes compartir el wifi de tu casa? Ni siquiera ahora durante la cuarentena

La respuesta más evidente es porque puede poner en peligro tus datos personales, aunque no es la única

Así puedes cambiar la contraseña del wifi
Así puedes cambiar la contraseña del wifiPixabayArchivo

Esto es muy sencillo. Y lo van a comprobar con el siguiente ejemplo: a Juan le gusta mucho leer la prensa antes de irse a dormir. Sin embargo, desde hace unos días, las páginas tardan mucho en cargar, tanto que hasta llega a desistir en alguna ocasión. Lo primero que pensó fue que alguien de su familia estaba descargando algún videojuego o viendo alguna serie al mismo tiempo que el echaba un vistazo a los periódicos. Pero no. Así que realizaron el siguiente experimento: apagaron todos los dispositivos conectados a su router. Entonces, se percataron que las luces que indican que existe actividad siguieron parpadeando. Es decir, había alguien más conectado a su red.

Esta es una situación que afecta a muchas familias, ahora que el confinamiento nos ha obligado a estar más tiempo del deseado en casa. Algunos usuarios, antes o durante la cuarentena, han compartido su conexión wifi con vecinos o familiares con un claro objetivo: ahorrar costes. Sin embargo hay que tener en cuenta que hacerlo puede traer problemas como el de Juan. Aunque no son los únicos. La Oficina de Seguridad del Internauta (OSI) los enumera en su página web:

  • Reducción del ancho de banda. Dependiendo del número de dispositivos intrusos y del uso que hagan de la red, pueden llegar a impedir la conexión de nuestros equipos.
  • Robo de la información transmitida. Una configuración inadecuada de nuestra red inalámbrica puede permitir a un atacante robar la información que transmitimos.
  • Conexión directa con nuestros dispositivos. Un intruso con los conocimientos suficientes, ayudado por un problema de seguridad o una instalación sin la seguridad apropiada, podría acceder a los equipos conectados a la red. Esto implicaría darle acceso a toda nuestra información.
  • Responsabilidad ante acciones ilícitas. Cuando contratamos una conexión a Internet con un proveedor de servicios, ésta queda asociada a nosotros, asignándole una dirección IP que nos identifica dentro de Internet. Cualquier acción realizada desde esa dirección IP lleva a la persona que contrata el servicio: nosotros.

¿Cómo protegernos?

“Si queremos minimizar la probabilidad de ser víctimas de un ataque que pueda poner en riesgo nuestra red WiFi debemos comprobar su configuración de seguridad”, señala la OSI, pues la configuración por defecto del router no siempre es la más apropiada. “Éste debe incorporar al menos el protocolo WPA entre sus medidas de seguridad. Si es anterior a esta opción de seguridad debemos sustituirlo”. Para conocer qué protocolo utiliza, lo primero es acceder a la configuración de nuestro router. Si no sabemos cómo hacerlo, podemos consultar el manual o buscar información sobre nuestro modelo en Internet.

“En la mayoría de ellos podremos acceder utilizando nuestro propio navegador de Internet y escribiendo los números 192.168.1.1 en la barra de direcciones. Los números finales pueden variar según el modelo concreto. También necesitamos la clave de administración para entrar a la configuración del router. Ésta viene con el kit de instalación en una pegatina o en la documentación adjunta”, continúa. Para llevarlo a cabo, es necesario tener conexión a internet. Las medidas de seguridad recomendables son:

  • Asignar el sistema de seguridad más avanzado: WPA2. Buscaremos las opciones de seguridad para configurar un sistema de cifrado o encriptación WPA2 con un cifrado AES.
  • Cambiar la contraseña por defecto. Un sistema de seguridad robusto deja de serlo si la contraseña es trivial o fácilmente identificable. Debemos establecer una clave de acceso a la red WiFi de al menos 12 caracteres con mayúsculas, minúsculas, números y símbolos.
  • Cambiar el nombre de la WiFi o SSID. Normalmente el SSID o nombre de la red viene definido por defecto. Éste debe ser sustituido por uno que no sugiera cuál es nuestro operador y que no guarde relación con la contraseña de acceso a la red.
  • Modificar la contraseña para cambiar la configuración. Para acceder al panel de configuración necesitamos conocer la contraseña de acceso, que viene en la documentación de nuestro dispositivo. Suelen ser muy sencillas, como “1234” o “admin”. Conviene sustituirla para evitar que si alguien logra conectarse, pueda configurar el router a su antojo.
  • Apagarlo si nos ausentamos varios días. Si no vamos a estar en casa y no necesitamos la conexión WiFi, lo mejor es apagar el router. Además del pequeño ahorro energético que supone, evitaremos que se intenten aprovechar de nuestra conexión.