"Apps"

La red social de Donald Trump, Truth, no despega y ni siquiera él la usa

La plataforma, lanzada el pasado mes de febrero, ha visto como el número de descargas ha caído en un 92% desde la semana de lanzamiento

Truth Social, la nueva red social de Trump Media & Technology Group (TMTG).
Truth Social, la nueva red social de Trump Media & Technology Group (TMTG).La Razón

Un año después de ser expulsado de Twitter, Facebook y YouTube, Donald Trump cumplió su promesa. El pasado 21 de febrero Trump Media & Technology Group lanzó Truth Social, una red social construida a imagen y semejanza de Twitter que se presentó como alternativa a las plataformas sociales de las “big tech”, abanderada de la libertad de expresión y en la que no se silenciaría ninguna voz “simplemente porque estén equivocados o, peor, porque pensemos que los estadounidenses no pueden manejar la verdad”, aseguró Trump en un comunicado el pasado mes de octubre. Básicamente, una red social en la que no se cancela a nadie, pero el problema que está encarando Truth Social no está relacionado con la libertad de expresión sino con la escasez de usuarios.

No es fácil participar en Truth Social. La red no tiene versión web y es accesible a través de una “app” que, por el momento, sólo está disponible para el sistema operativo iOS y sólo en Estados Unidos. Según datos de Sensor Tower recogidos por The Wrap, al terminar el mes de marzo Truth ha sido instalada solamente 1,2 millones de veces, el 66% correspondientes a la primera semana de lanzamiento. La red social ha visto una caída en las altas de usuario del 92% desde las 800.000 de los primeros días hasta las 60.000 por semana y para mediados del mes de marzo había pasado de ser la descarga número 1 en la App Store a la posición 173, según Similar Web.

Más allá de las simpatías o antipatías que despierte el expresidente norteamericano, la “app” presenta una serie de limitaciones y carencias que hacen muy difícil que se gane el aprecio de los usuarios. Tuvo un lanzamiento complicado en el que muchos usuarios reportaban mensajes de error al intentar registrarse y si lo conseguían, eran puestos en una lista de espera hasta que su registro se hacía efectivo y ya podían usar la plataforma. Algunos de esos problemas se han solventado o disminuido con el paso de las semanas, pero la lista de espera continúa de forma que entre el registro y poder usar la plataforma siguen transcurriendo semanas de espera, tal y como señala The Washington Post en un reciente artículo sobre la plataforma.

Por si eso no fuera lo suficientemente desincentivador, la funcionalidad que ofrece es limitada si se compara con Twitter. Lo que en la plataforma creada por Jack Dorsey eran tuis aquí son “truths” (verdades). El usuario puede responder, rebloguear, dar “likes” a los “truths” que le gusten y bloquear y silenciar a otros usuarios. Pero no puede realizar acciones tan básicas en una red social como citar un mensaje de otro usuario añadiendo su propio comentario o enviar mensajes directos, ésta última una característica disponible en el interfaz de la “app” pero que no está aún activada.

Una vez superadas las dificultades de acceso y adaptado al funcionamiento de la plataforma, el usuario se encuentra frente a la mayor carencia de Truth Social, el tamaño de su base de usuarios y la poca actividad. Bastante significativo es el hecho de que el propio Donald Trump, quien contaba con 88 millones de seguidores en Twitter y tiene 823.000 en Truth Social, solo ha publicado una “verdad” en su propia red social desde su lanzamiento.

La representación de lo que se considera el ecosistema conservador en Estados Unidos es muy desigual en Truth y, según recoge Business Insider, hay pocos medios de comunicación. Entre ellos no se encuentran los de sensibilidad “woke” y claramente posicionados contra Trump durante su presidencia como CNN, NBC, The New York Times o The Wall Street Journal, pero tampoco medios más afines al partido republicano como Fox News. Sí están el tabloide digital TMZ, el periódico inglés The Daily Mail o The Epoch Times, por ejemplo. Pueden encontrarse políticos republicanos con cuentas verificadas, algunos con bastante actividad, pero ni un solo representante demócrata de las cámaras estadounidenses. Otras personalidades conocidas del mundo conservador como Tuckler Carlson, Ben Saphiro o Alex Jones tampoco tienen presencia en Truth Social, pero sí participan Sean Hannity o Kyle Rittenhouse, entre otros.

Temáticamente, abunda lo que en otras plataformas se consideraría desinformación antes de “verificar” ni la primera coma y temas tan de actualidad como la invasión rusa de Ucrania agrupan solo 1.320 usuarios bajo el “hashtag” #Ukraine. Peor aún, una parte reseñable de la discusión pública en Truth Social está ocupada por publicaciones realizadas por “bots”.

Truth Social quiere triunfar donde ya lo han intentado otras redes sociales enfocadas a la audiencia conservadora como Gettr o Parler, sin que Twitter se haya inquietado lo más mínimo. Hoy se ha conocido que Ellon Musk se ha convertido en el mayor accionista de Twitter, una semana después de preguntar a sus seguidores si la plataforma se adhería rigurosamente al principio de la libertad de expresión. Un 79% respondió que no, tras lo que el CEO de Tesla y SpaceX planteó si haría falta otra plataforma advirtiendo que “las consecuencias de esta encuesta serán importantes”. Quizás, al final, la alternativa a las políticas de censura y control de la discusión pública que aplica Twitter termine llegando de la misma Twitter.