Universo
¿A qué altura comienza el espacio exterior?
El Tratado sobre el espacio ultraterrestre firmado por 133 países no establece ningún límite concreto y en el sector aeroespacial coexisten diferentes criterios
Todos sabemos dónde está el espacio pero muchos menos saben precisar en qué punto comienza y no se ponen de acuerdo entre ellos. Técnicamente, el espacio exterior es el universo que está más allá de las atmósferas de los cuerpos celestes, pero esta definición resulta muy poco práctica porque, en nuestro caso, lo sitúa a unos 10.000 kilómetros de la superficie del mar. Es el alcance que tiene la exosfera, la última capa de la atmósfera, lo que deja a la ISS que orbita a 386 kilómetros como una estación aérea en lugar de espacial, reduce drásticamente el número de los que pueden considerarse astronautas y supone un problema de marketing fundamental a las empresas que se dedican al turismo espacial como SpaceX o Virgin Intergalactic.
El Tratado sobre el espacio ultraterrestre de 1967, que tiene 133 países firmantes, reconoce el espacio exterior como libre para ser explorado pero prohíbe expresamente a cualquier gobierno la reivindicación de recursos celestes, por considerarlos patrimonio de la humanidad, así como la colocación de armas nucleares o de destrucción masiva orbitando la Tierra o en cualquier cuerpo celeste, pero no define dónde comienza ese espacio exterior que reglamenta. Es una cuestión que los países no se han preocupado en legislar y sobre el que hay criterios diferentes en el sector aeroespacial, aunque trabajan con límites mucho más cercanos que el de la exosfera.
El consenso es que el espacio comienza donde la atmósfera, por sí sola, no es suficiente para soportar una nave voladora a velocidades suborbitales, pero otra cosa es establecer un punto exacto.
La NASA, por ejemplo, sitúa el límite en 80 kilómetros y las fuerzas aéreas estadounidenses conceden alas de astronauta a quienes vuelan por encima de esa altitud. Aunque, según publicó National Geographic, en las misiones de control de la NASA se sitúa el límite en 122 kilómetros porque “es el punto en el que empieza a percibirse la resistencia atmosférica”.
Otro criterio distinto es el de la Federación Aeronáutica Internacional, FAI, que sitúa el comienzo del espacio en los 100 kilómetros de altura sobre el mar. La FAI asume la conocida como Línea de Kármán, nombrada en honor al físico húngaro Theodore Von Kármán que la determinó a comienzos del siglo XX.
En 2007, las mediciones que realizó el cohete JOULE II de imágenes térmicas con el instrumento Supra-Ion permitió a la Universidad de Calgary establecer el límite en 118 kilómetros.
Jonathan McDowell, del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, estudió las trayectorias orbitales públicas de 43.000 satélites y concluyó que podían orbitar muchas veces por debajo de los cien kilómetros pero que los que descendían por debajo de los 80 solían desintegrarse en contacto con la atmosfera. “Lo que no se ve son satélites que desciendan de los 70 y vuelvan a salir”, explicó a National Geographic.
Pese a la disparidad de criterios, la proliferación de satélites y el desarrollo del turismo espacial obligará a los gobiernos a determinar dónde finaliza el espacio aéreo de cada país y comienza el espacio exterior más pronto que tarde.
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