Internet
Acuerdo global para frenar el terrorismo en internet
El «Llamamiento de Christchurch», suscrito por gobiernos y gigantes tecnológicos, se propone hacer más eficaz la lucha contra la difusión a través de la red de contenidos terroristas o que apelen al odio
El combate contra el terrorismo libró este miércoles una nueva batalla con la firma en París de un manifiesto rubricado por una decena de países y de gigantes de internet para hacer más eficaz la lucha contra la difusión a través de la red de contenidos terroristas o que apelen al odio.
Conocido como «Llamamiento de Christchurch», tiene su origen en el atentado cometido el pasado 15 de marzo por un supermacista blanco contra 51 musulmanes en esa localidad de Nueva Zelanda, que durante varios minutos fue retransmitido en directo a través de las redes sociales.
Para evitar que eso se repita y para combatir toda difusión de contenidos similares a través de internet, la primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, pidió el apoyo al presidente francés, Emmanuel Macron.
Este convocó una cumbre y logró que nueve jefes de Estado y Gobierno, la Comisión Europea y ocho gigantes de internet plasmaran su firma en un documento que se compromete «plantar cara a la difusión en línea de contenidos terroristas y extremistas violentos» y «prevenir usos abusivos de internet como los cometidos durante y tras el atentado de Christchurch».
Además de Francia, Nueva Zelanda y el Ejecutivo comunitario, el llamamiento cuenta con la firma de Canadá, Irlanda, Jordania, Noruega, el Reino Unido, Senegal e Indonesia, cuyos jefes de Estado o de Gobierno estuvieron en la capital francesa.
España, Australia, Alemania, la India, Japón, Holanda y Suecia, ausentes en París, mostraron su respaldo.
Amazon, Google, Microsoft, Qwant, Twitter, Youtube y DailyMotion también lo rubricaron, al igual que Facebook, la plataforma que sirvió al terrorista de Christchurch para difundir su masacre en directo durante una veintena de minutos y que durante la cumbre de París quiso mostrarse ejemplar al anunciar un endurecimiento del acceso a su servicio de difusión de vídeos en directo.
Macron se apuntó un tanto en su intento de que sean los gigantes de internet quienes frenen la difusión de contenidos terroristas, frente a posturas más laxas, como las defendidas por Washington, temeroso de que esos postulados puedan acarrear consecuencias para la libertad de expresión en la red.
Los participantes en el encuentro minimizaron la ausencia de Estados Unidos entre los firmantes, pese a que ese país alberga a la mayor parte de las empresas del sector.
El presidente francés destacó que la Casa Blanca está «de acuerdo con el objetivo» del «Llamamiento de Christchurch» de combatir en la red la difusión de contenidos terroristas y que incitan al odio, aunque reconoció divergencias sobre la forma de lograrlo.
Pero destacó que la presencia en París del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, es «un signo de que las cosas están evolucionando en América del Norte, una región muy apegada a la libertad de expresión» que «se abre a la idea de que pueda ser regulada al tiempo que sea respetada».
En parecidos términos se pronunció Ardern, confiada en que otros países se sumarán en el futuro a esta iniciativa, que, a su juicio, «abre la puerta a crear instrumentos eficientes para que no se repita lo que sucedió en Christchurch».
Macron aseguró que el documento firmado en París va en la línea de la directiva comunitaria que se prepara en Bruselas, pero «la amplía territorialmente» y, además, «asocia a empresas del sector», lo que le da una mayor relevancia y eficacia.
Además, señaló el presidente galo, el documento firmado prevé un mecanismo de seguimiento de sus objetivos que, por un lado, invita a concretar las acciones puntuales para luchar contra la difusión de esos contenidos y, por otro, abre la puerta a la incorporación de nuevos países y empresas del sector.
Tanto Macron como Ardern destacaron la iniciativa tomada por Facebook, pese a que su presidente, Mark Zuckerberg, no estuvo en la reunión de París, de combatir contenidos terroristas en su servicio de difusión de vídeos en directo.
La compañía se comprometió a bloquear esa herramienta a los usuarios que inviten al odio, para lo que destinará 7,5 millones de euros a la elaboración de tecnologías que los detecten.
El «Llamamiento de Christchurch» prevé, además, combatir la difusión de los mensajes que crean las ideologías terroristas y mejorar los mecanismos para retirarlos de la red de forma «inmediata». EFE
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