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El muro de Zuckerberg: del «perro loco» a la cuenta de resultados

La cuenta del padre de Facebook, que siguen 120 millones de personas, es un complicado equilibrio entre el perfil público y el privado de su autor

Broma hecha por uno de los seguidores de Zuckerberg con el aspecto de su perro
Broma hecha por uno de los seguidores de Zuckerberg con el aspecto de su perrolarazon

Él puso la primera piedra de más de 2.200 millones de muros en todo el mundo. Unos más altos que otros, pero muros al fin y al cabo, tantos como usuarios tiene Facebook en todo el planeta. Pero, ¿cómo es el muro de su CEO y fundador, Mark Zuckerberg? ¿Qué contenidos sube? ¿Se parece más a ese “patio de vecinos” en que se ha convertido muchas veces esta red social al que se suben fotos divertidas y chascarrillos o es más bien una ventana para anunciar cosas “serias”?

Tanto una cosa como la otra: el muro de Zuckerberg es una combinación anárquica de anuncios importantes, balance de resultados y textos en defensa propia ante tanta acusación (intrusismo electoral, manipulación, violación de la privacidad...), pero también el escaparate donde mostrar a su familia, sus amigos o incluso a su perro.

El perfil del fundador de Facebook reúne cerca de 120 millones de seguidores. En él, como cualquier otro usuario de la página, Zuckerberg deja constancia de los lugares y ciudades que ha ido visitando, los deportistas a los que presta especial atención (de Neymar a Piqué, pasando por Nadal y Federer) o sus cantantes preferidos (Imagine Dragons, Beyoncé y Rihanna en los tres primeros lugares).

También sus películas (pocas: Argo y dos sobre Lincoln), sus programas de televisión o sus libros aunque, a juzgar por lo poco actualizado que está este apartado, no ha leído ninguno que le haya dejado huella desde que hace tres años se terminara uno sobre Henry Kissinger.

Respecto a su galería de fotos, en ellas deja constancia de unas cuantas reuniones de trabajo, pero también de bucólicos paseos para pescar o subirse a una canoa, así como de su lado más hogareño con abundancia de imágenes de su esposa, Priscila Chan, y sus hijos, ya sea paseando, desayunando o haciendo galletas, con cierta obsesión, como tantos otros chefs frustrados, por mostrar al mundo lo que acaba de salir del horno.

Las escenas domésticas son en muchas ocasiones las preferidas por sus seguidores, a quienes no parece importarles ni el contenido ni las dificultades de comprensión que genera el traductor a los distintos idiomas que se aplica de forma automática. “Las alegrías de la paternidad. (El perro) se extiende después de un largo baño y bicicleta. Max trata de estirar como papá y me patea en la cara. La bestia se pone celosa y se sienta en mi cabeza”, escribe por ejemplo en un post el 30 de julio de 2017. La fotografía añade el resto

El “perro loco”, como le define en un texto del pasado 10 de enero, merece un mensaje especial de cumpleaños. La excentricidad llega a tal punto que “Beast” (“Bestia”), como así se llama,tiene un perfil propio en Facebook. Normal que su aspecto de fregona desmadejada haya sido objeto de bromas (desde el cariño) por parte de incansables seguidores de Zuckerberg y todo su mundo.

El muro del CEO de Facebook es también, por supuesto, un medio de comunicación inigualable para mostrar las cuentas de resultados de la empresa, anunciar nuevas actualizaciones o, últimamente con cada vez más frecuencia, hacer propósito de enmienda y prometer no volver a caer en los errores del pasado.

Y en este aspecto,la red social, que acaba de cumplir 15 años, tiene mucho decir. Quizás por ello el último mensaje al respecto que Zuckerberg subió a su muro, en el que presentaba sus cuatro propósitos para 2019 en temas tan sensibles como independencia política o privacidad, mereció el sincero comentario de uno de sus seguidores: “Muy interesante, Mark, pero demasiado largo”.