Tecnología militar
Así es el brutal misil ruso Kh-22, "asesino de portaaviones", que ha causado una matanza en Dnipro
La masacre que produjo 40 muertos y 31 desaparecidos el pasado sábado fue provocada por el impacto de un misil de la era soviética que Rusia retiró de su arsenal a comienzos de siglo y ha recuperado ante el desgaste armamentístico de la guerra
El pasado sábado se produjo una de las mayores matanzas de civiles que ha tenido lugar en la invasión de Ucrania en casi once meses de conflicto. Un misil ruso impactó contra un bloque de apartamentos en la ciudad de Dnipró provocando 40 muertos y dejando, por el momento, 31 personas desaparecidas bajo los escombros. Según las autoridades de Ucrania, el arma responsable de la masacre fue un misil Kh-22 de fabricación rusa. Se trata de un arma supersónica que entró en producción en la década de los 60 y contra la que Ucrania no tiene defensas, según afirmó este lunes Yurii Ihnat, portavoz de la Fuerza Aérea del país invadido. Rusia, por su parte, ha negado haber atacado edificios residenciales en Ucrania.
“Quiero enfatizar que es imposible abatir misiles Kh-22 con los medios que tenemos en nuestro arsenal”, señaló Ihnat en unas declaraciones recogidas por TheDrive. Desde el comienzo de la guerra, Rusia ha disparado 210 misiles Kh-22 sobre Ucrania sin que ninguno haya podido ser interceptado por los sistemas de defensa aérea de Ucrania. El portavoz aclaró que aunque a lo largo del conflicto ha habido informes de que había sido así, estos eran erróneos y en realidad se trataba de casos en los que fallaron el objetivo. “Incluso los sistemas de defensa aérea más actualizados que tenemos, por ejemplo el S-300 que funciona en esa región, no pueden derribar el misil Kh-22” explicó Ihnat.
A pesar de ser un desarrollo de la era soviética que comenzó a fabricarse en 1962 y de la que se han desarrollado versiones más modernas, como el Kh-32, el Kh-22 continúa siendo un arma temible capaz de superar a las defensas antiaéreas gracias a su velocidad. Se trata de un misil supersónico con una velocidad de crucero de Mach 3,5 (4.287 km/h) que puede aumentar en la fase terminal del vuelo hasta Mach 4,5 (5.512 km/h), para lo que toma altura antes de descender a máxima velocidad sobre el objetivo.
No ha sido la primera vez que misiles Kh-22 se cobran la vida de un alto número de civiles en un ataque en Ucrania. El pasado mes de junio dos misiles Kh-22 lanzados desde un bombardero Tu-22M3s alcanzaron un centro comercial en Kremenchuk y mataron a 21 personas. Pocos días después, en julio, tres Kh-22 sobre un bloque de apartamentos en Serhiivka causaron otras 21 víctimas mortales.
The launch of two supersonic cruise missiles kh-22 from a long-range supersonic missile-carrying bomber Tu-22.
— Massimo Frantarelli (@MrFrantarelli) May 11, 2022
📹fighter_bomber pic.twitter.com/kAXU9pP5KW
El ataque con el Kh-22 ha llevado a que Ucrania demande de nuevo a los países que la apoyan sistemas de defensa antiaéreos capaz de frenar este tipo de armas, como son los Patriot y los SAMP/T que Estados Unidos e Italia, respectivamente, se han comprometido a proporcionar a Ucrania. Sin embargo, pueden transcurrir meses hasta que lleguen al país en guerra y que su ejército cuente con equipos entrenados para su uso. “Desafortunadamente, no creo que lleguen en cantidades suficientes para cubrir todas las instalaciones de infraestructura crítica en Ucrania. Pero cuantas más capacidades tengamos, mejor será para nosotros”, añadió Ihnat.
Así es el Kh-22 de la era soviética
El Kh-22, diseñado por MKB Raduga, lleva sesenta años formando parte del arsenal del Ejército ruso. Se diseñó en 1958 como un misil anti buque provisto de ojiva nuclear con el que se pretendía dar por finalizada la era de las batallas navales y al que se añadió la capacidad de atacar objetivos terrestres de alta prioridad como aeropuertos o puertos, así como de equipar ojivas convencionales de 1.000 kilogramos de peso y con alto poder explosivo. El misil emplea un motor Tumanski de combustible líquido, pesa casi 6 toneladas y sus dimensiones son de 11,65 metros de largo por 92 centímetros de diámetro con una envergadura de 3 metros. Su rango es de 600 kilómetros y puede elevarse hasta 27 kilómetros de altura para descender sobre el objetivo a su velocidad máxima de Mach 4,5.
Esta arma supersónica ha conocido diferentes variantes a lo largo de los años, según el tipo de ojiva que podían equipar y el sistema de guía empleado (inercial, radar activo o radar pasivo), hasta que fue retirada del arsenal del Ejército ruso a comienzos de siglo y sus unidades almacenadas.
A pesar de sus capacidades y poder destructivo, es considerada un arma anticuada que nunca ha destacado por su precisión pero que Rusia ha recuperado ante el desgaste armamentístico de casi once meses de guerra. Hace más de medio siglo, Rusia aseguraba que la probabilidad de acertar el objetivo de un Kh-22 era del 80%, estimación que años después subió al 97%. Sin embargo, si Rusia dice la verdad cuando asegura que no ataca edificios residenciales en Ucrania, el daño causado por los Kh-22 contra objetivos civiles vuelve a dejar en entredicho su fiabilidad como arma.
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