Un tercio espía los secretos online de su pareja

Uno de cada tres usuarios de internet admite que en ocasiones espía a su pareja consultando sin su permiso su información privada y sus mensajes personales en los dispositivos móviles. En las parejas no estables, esta cifra asciende incluso hasta el 50 por ciento, según un macroestudio de la empresa antivirus Kaspersky Lab y la web Toluna.

El contenido de los mensajes que se envían a otras personas es la información más codiciada, seguida por la fiscalización de cómo gastan su dinero, algunos archivos personales y los sitios web visitados. Estos datos contrastan con otro de los datos del estudio, según el cual el 80% de los usuarios cree que las parejas deben tener un espacio privado propio, tanto online como en la vida offline. Por lo que parece, una cosa es predicar y otra dar trigo.

Esta irrefrenable curiosidad por lo ajeno es mayor, como es de suponer, en las parejas que se declaran «infelices», que son más propensas a pensar que su privacidad se encuentra en peligro (31%) en comparación con aquellos con una relación feliz (15%).

Precisamente las parejas menos felices quieren mantener en privado algunas de sus actividades (76% frente al 54% para aquellos que se encuentran en una relación satisfactoria).

El estudio fue realizado el pasado mes de enero a partir de una muestra de 18.000 personas de 18 países que habían tenido una relación de al menos seis meses de duración y que eran mayores de edad.

Compartir contraseñas con la pareja

Pero, ¿qué medios ponen los usuarios de dispositivos móviles y de internet para blindar su privacidad? Según la encuesta, la mitad de las parejas comparte abiertamente los pins y contraseñas de sus dispositivos, y una cuarta parte tiene sus huellas digitales reconocidas en los dispositivos de sus parejas.

Con semejante panorama, no es de extrañar que la privacidad y las actividades online sean motivo de discusión en las parejas, de tal modo que un tercio (33%) ha discutido después de que alguno de los dos haya visto algo que el otro no quería compartir.