Rodaje

Un vídeo sexual, un escándalo... Una realidad: “Todos mienten”

Pau Freixas escribe y dirige esta nueva serie para Movistar + que acaba su rodaje

Todos mienten
Todos mientenDaniel Escale GarciaLa Razón

“Todos mienten” es una de esas historias que nos va a poner a uno y otro lado de la verdad y la mentira. Los protagonistas son cuatro parejas, cuatro matrimonios amigos de clase media alta, que viven en una de esas idílicas urbanizaciones hasta que un día un vídeo que se publica en una red social de las que carga el diablo lo dinamita todo. Por partes: las imágenes del vídeo tienen su miga. Sexo, primera apuesta. Pero hay más. Mucho más. Ese es el punto de partida de “Todos mienten”, el nuevo trabajo en el que anda inmerso Pau Freixas para Movistar + y que acaba de finalizar el rodaje. En el vídeo una profesora (una de las vecinas) mantiene relaciones sexuales con el hijo de 18 años de una de sus amigas. Bombazo.

Así nos lo cuenta el propio director: “Se trata de una zona residencial costera y de unos vecinos que viven en un mundo perfecto. Son cuatro amigas con sus maridos y a raíz del vídeo se genera un juicio moral por lo que ha pasado. Dependiendo del peso del personaje hay más o menos indignación, más drama o más crítica. La ficha del vídeo funcionada como detonante para que vayan apareciendo los secretos de esas mujeres que representan una forma de vivir la vida, aparentemente perfecta. También hay una muerte, que no se sabe quién es y después sí, y alrededor de las especulaciones, las dudas, los secretos y todas las sospechas, hay un juego para el espectador que saca un retrato de nosotros mismos. Representa mucho nuestras contradicciones y, sobre todo, pretende ser muy adictiva”, nos cuenta Pau Freixas.

Serán seis capítulos de 45 minutos de duración, “es una historia cerrada que cuando acaba revela las respuestas a todas las preguntas. Una serie para consumir muy de golpe”, dice.

Han acabado hace poco de rodar y comenzaron en octubre, unas dos semanas para cada capítulo: “no es lo mismo cuando tienes que rodar una escena con dos personajes o intervienen siete”, nos recuerda el director, que admite que cuando escribe la serie no se la imagina tan concreta, “luego, a la hora de dirigir, me olvido de lo que he escrito y dejo que la escena me sorprenda y el alma humana le da una dimensión que suele enriquecer muy por encima de mis expectativas. Lo único malo de esto suelen ser los tiempos, que siempre vamos con prisas”.

Los protagonistas

Dos de esas almas humanas son Eva Santolaria, como Yolanda, y Jorge Boch como Arturo. “Nosotros somos la pareja más guay”, dice Jorge, “Somos el pegamento, estamos de buen rollo e intentamos que la gente esté bien, somos felices, Yolanda, mi personaje, ha construido una familia en el mejor lugar del mundo. Ella es feliz así, porque se siente protegida de ese mundo exterior que a veces le es hostil. Y cuando ocurre el conflicto se siente en medio, intenta ayudar”, cuenta Eva Santolaria. “A veces la gente está metida en ratoneras donde no es feliz... Todos mienten, porque nos mentimos a nosotros, ¿cómo no vamos a mentir a los demás”, cuenta la actriz.

“Arturo es un vende motos. Lía a algunos de sus amigos para invertir, se mete en una vorágine y la bola cada vez se le hace más grande. Todo es como un puzle en el que se mueven las fichas y al final nada es lo que parece”, mantiene Bosch.

Comenzaron a rodar en octubre, es decir en plena crisis sanitaria, “ya nos hemos habituado a hacernos pruebas a menudo y rodar con mascarilla, pero no ves la cara al actor, luego se la quitas y piensa ah qué está poniendo esa cara. En ese sentido, es complicado. Casi no conocemos al equipo, solo cuando comemos el bocadillo. Son tiempos distintos, desde luego”, comenta Jorge.

“Todos mienten”, un thriller de misterio que amenaza con desvelar los secretos. Se quiera. O no.

El reparto de lujo

Cuenta con un reparto de auténtico lujo, en el que se encuentran, entre otros, Natalia Verbeke, Amaia Salamanca, Miren Ibarguren, Juan Diego Botto, Ernesto Alterio, Irene Arcos, Eva Santolaria y Jorge Bosch. “Una de las mejores cosas que tenemos es el casting”, relata Pau Freixas, “son actores con mucho bagaje, que controlan muy bien el drama y la comedia, le puedes pedir lo más frívolo o lo más dramático y eso hace que las escenas sean muy elásticas. Es un disfrute que cada escena pueda tener colores tan distintos, son buenísimos”.