RTVE
Ofelia pierde el control en la despedida de Toni
María ejerció de doble capitana en la prueba de exteriores
La pasada noche vivimos la batalla más épica de la novena edición de MasterChef. Los eternos rivales, Arnau y Toni, se enfrentaron por la supervivencia en el talent y solo uno de ellos alcanzó la victoria. Arnau logró sacar todo su talento y pasion por la cocina asiática para hacer un plato de curry impecable. Su amistad con Jiaping ha hecho que el aspirante catalán conozca los secretos para hacer un curry de langostinos impecable. Y, aunque en esta ocasión la propuesta era realizar un curry hindú, hay muchas semejanzas en su ejecución. Saber ligar bien el plato, que los elementos brillen como se merecen, conseguir el espesor perfecto... Hay mucho que cuidar y no es facil con la presión del tiempo en las cocinas sobre tu cabeza. Por ello, Toni no logró superar la prueba y aunque tuvo varias oportunidades no aprendió de los errores lo suficiente colgando así su delantal.
Por otro lado, María fue la aspirante protagonista sin lugar a dudas de esta última entrega. No solo se llevó el delantal dorado a casa con su propuesta de mango de la “Lemon pavlova”. Un plato que conquistó por completo a todos los fodies que vinieron a visitarnos y que se encargaron de seleccionar al mejor de la noche. Sino que, además, le tocó ser la responsable de la doble capitanía con una Ofelia que acabó en la locura al no entender la estrategia de su compañera y decidió que no quería recibir ni una sola orden más. Menos mal que al comenzar la prueba de eliminación se dio cuenta del error cometido y pidió perdon por su comportamiento.
Por último, queremos destacar el maravilloso crecimiento de Meri en cocinas. Cómo paso a paso va dejando atrás todos sus temores y no se corta ni un pelo en decir a la cara lo que piensa y lo que es mejor para su aprendrizaje dentro del talent. La aspirante volvió a colgarse una medalla en una noche muy complicada y demostrar que la Meri que ahora conocemos es muy diferente a la que entró por primera vez en MasterChef.
La «terremoto» de Masterchef
Todos conocemos la forma de cocinar de Ofelia en las pruebas por equipos. La aspirante necesita conectar con los suyos, sentir que Jordi Cruz valora su trabajo, sentirse cuidada... Si a esto le unes que Ofelia no tiene una gran devoción por María y que obedecer sus órdenes le provoca un desequilibrio mental importante. El caos está servido como entrante, primer plato y postre. María tuvo que enfrentarse a la doble capitanía al conseguir el delantal dorado en el primer reto de la noche ya que su plato fue el mejor y el más aplaudido por los foodies invitados. Los jueces no terminaron de comprender por qué había utilizado mango en vez de limón. Aún así, el éxito fue abismal en comparación con los platos del resto de sus compañeros.
Lo que no se esperaba María es que esta victoria iba a ser completamente agridulce. Al liderar los dos equipos en la prueba de exteriores se encontró con una situación de nervios y locura que podría haber superado a cualquiera. Menos mal que la aspirante logró serenarse y aunque no hizo la capitanía de sus sueños no acabó gritando y colocándose en la misma situación de Ofelia. ¡Habría sido el fin de todos! “Ya no puedo más con los gritos”, decía Toni al ver la posición que había adoptado Ofelia de no obedecer a nadie. El no llegar a controlar a este caballito hizo que María terminará en la prueba de eliminación jugándose su delantal negro.
Y es que, en MasterChef también es muy importante saber salir de situaciones de estrés tan terribles como esta. En un restaurante siempre te puedes encontrar con perfiles de este tipo en tu equipo y saber controlarles es primordial. Ofelia terminó pidiendo perdón en la prueba de eliminación por su fallido comportamiento y el trato a sus compañeros.
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