Vestidas de azul
Valeria Vegas: «Ya se huele a los que se suben al carro LGTBI solo por audiencia»
La periodista adapta con Atresplayer en una serie su obra «Vestidas de azul» y ha hecho un podcast con Amazon Music
Tras poner voz a la adaptación en español del podcast «Cruda Telerrealidad» y participar en la docuserie de Locomía, la escritora Valeria Vegas seguirá arrojando luz sobre el fascinante final del pasado siglo. Lo hará con la nueva serie de Atresplayer y Los Javis, que adaptan su libro «Vestidas de azul», que continúa el universo «Veneno». Pero justo antes promociona su podcast, con Amazon Music, sobre la experiencia de Miriam Rivera, la primera mujer trans que participó en un reality. Todo el mundo conocía su cambio de sexo, salvo los concursantes y pretendientes que compitieron por conquistarla.
¿Habría forma correcta de hacer aquel reality hoy?
Es solo cuestión de transparencia, que además comparte la raíz trans (se ríe). Sobre todo hacia los concursantes, ya que la audiencia sí conocía el «secreto». Convirtieron en morbo su condición trans, parecía un circo romano.
¿Le consta que este formato se intentase adaptar en España?
Si aquí no imitamos la idea fue porque no estuvimos agudos. Creo que sí habríamos sido capaces de hacer algo así aquí, en pleno «boom» de la telerrealidad. En esa época la televisión no era muy amiga de visibilizar de forma positiva ciertos colectivos.
¿Cómo se distingue a las plataformas audiovisuales que se suben al carro del colectivo por el mes del Orgullo de las que tienen un verdadero compromiso?
Cuando se utiliza lo LGTBI como un producto de marketing solo para ganar audiencia queda muy en evidencia. Sobre todo a nivel comercial, el Orgullo parece el nuevo San Valentín, otra excusa para decorar momentáneamente el «escaparate». Eso ya huele a tufillo. Aunque, en definitiva, creo que todo lo que signifique sumar apoyos para el colectivo es positivo, a pesar de que lo ideal sería que mantuviesen ese ejercicio a favor de grupos vulnerables durante el resto del año. Hay que evitar que se convierta en una moda.
¿Cómo han hecho para evitar el morbo sobre la misteriosa muerte de Miriam Rivera?
Un podcast tampoco es un análisis forense, pero creo que ayudamos a sacar conclusiones a través de testimonios cercanos e hipótesis muy verosímiles, sin caer en teorías extravagantes.
Recientemente ha participado en la serie documental de Locomía. ¿Le fascinan las últimas décadas del pasado siglo?
Totalmente, desde los 70 hasta finales de los 90. Porque, aunque nací en el 85, creo que no empecé a vivir con plena consciencia y madurez hasta los 2000 y por eso me gusta recuperar esos años. Soy una estudiosa de La Movida y toda esa época.
Un reto pendiente de la sociedad es integrar al colectivo trans en las competiciones deportivas de élite, siempre bajo la sospecha de la «ventaja hormonal».
Creo que va a costar años porque el deporte, obviamente, está muy condicionado por el factor físico. Pero creo que falta formación sobre el tema. Creo que si el atleta ha pasado por un proceso hormonal exhaustivo su «ventaja» se ha tenido que reducir casi por completo. Nacer en un sexo que no te corresponde o identifica no te convierte en Conan. Pero si algún día lo vuelven a regularizar creo que no habría que generalizar, sino estudiar medidas según cada caso o constitución. No todos los hombres y mujeres son iguales.
Cuando se habla de telebasura o televisión cruda, ¿cree que se culpa mucho a las cadenas y se es benévolo, en cambio, con su audiencia?
No, de hecho, creo que se juzga mucho socialmente al espectador de realities. En las encuestas telefónicas resulta que todos ven los documentales de La 2. La gente adora sentirse culta, aunque no lo sea. Por eso los concursos de preguntas han bajado tanto la dificultad en las últimas décadas. Pero como sigamos bajando, la gente solo consumirá los contenidos a la carta que le interesen y abandonará para siempre los medios convencionales. A veces el entretenimiento se utiliza como excusa para destruir principios básicos.
¿Tu próximo proyecto con Atresplayer y Los Javis «Vestidas de azul» se retroalimenta de «Cruda telerrealidad»?
En mis conclusiones sí. Lo que conecta ambas historias son las ilusiones que depositaron todas esas mujeres. Al ser un colectivo tan marginado y castigado por aquellos años, la televisión se convirtió en la esperanza que podía cambiar sus vidas. Cruel inocencia. La televisión cambió sus vidas, pero en la mayoría de casos no a mejor. Las recuerdo como pequeñas cenicientas cegadas por las ilusiones y sin final feliz.
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