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Antonio Pampliega: «Opium es solo la punta del Iceberg»

El periodista y escritor, secuestrado en 2015 por Al Qaeda, investiga en «La Costa Nostra» (Amazon Music) el crimen en el sur de España

Antonio Pampliega jeosm

Después de años recorriendo conflictos y buscando historias por todo el mundo, Antonio Pampliega encontraría su «paz» en el idílico sur español, la Costa del Sol. Pero este paraíso turístico no haría más que volver a alimentar la curiosidad de Pampliega, que pronto descubriría todo lo que esconden sus playas. «Me ha sorprendido que no se hubiese investigado antes sobre la delincuencia en Málaga. No entiendo por qué hablamos tanto de la Costa da morte y los clanes gallegos, cuando en el sur todavía hay mayor delincuencia. En la Costa del Sol se lleva asesinando durante años». Así de contundente se muestra Pampliega en la promoción de su nuevo y primer podcast, con Amazon Music, «La Costa Nostra». «Ni siquiera había escuchado nunca un podcast. Me ha gustado porque me han dado mumás tiempo para las entrevistas. Para mí el tiempo, es un privilegio. Yo estaba acostumbrado a la tele, donde solo se buscan titulares».

Hacer periodismo de investigación en el extranjero tiene sus inconvenientes, como la barrera lingüística o la creciente precariedad, sin embargo, Pampliega también ha encontrado otras trabas en su primera gran experiencia en el panorama nacional: «Cuesta más hacer investigación aquí que en el extranjero. Es más difícil encontrar buenos testimonios, porque hay más miedo ya que conviven con la delincuencia del país en el que se emite. Nunca sabes quién lo puede llegar a escuchar». La fobia a las represalias.

El gran trabajo del archivo sonoro te sumerge desde el primer minuto en el ecosistema marbellí y resulta instintivo recordar el tiroteo en la discoteca Opium, de este mismo verano. «Opium es la punta del iceberg. Es lo visible de cuando a los capos se les va la cabeza. Como en Latinoamérica. Pero hay que rascar más, aunque los de la discoteca no hayan querido hablar», se resigna. «Porque lo de Opium está muy bien para rellenar titulares, pero lo peligroso es lo que hay debajo», remata el periodista y escritor.

Como «Operación Marea Negra» o «El Inmortal», son muchos los títulos de ficción que se han dedicado últimamente al narcotráfico, tantos que casi se puede hablar ya del género «narcoficción». Para él «es importante tener cuidado con cómo se enfoca, pero también tiene responsabilidad el espectador. No solo ocurre con las series, también pasa en mi trabajo. Es fácil comprar la historia del narco que ‘se ha hecho a sí mismo’ y ha salvado a su familia de la calle, pero cada uno cuenta su versión. Por eso tendemos a empatizar con los protagonistas, sobre todo cuando no conocemos el contexto ni los antecedentes». De ahí la importancia de la información.

En plena era de las docuseries, hay temas extremadamente delicados que aún están por tratar en profundidad, como la crisis medioambiental. «Hay que investigar quién está detrás de las talas forestales o por qué se está dejando de plantar ciertos cultivos por la soja. Pero hay muchos poderes que no permitirían que esto salga a la luz».

Desde que en 2015 Antonio fuera secuestrado durante 300 días por Al Qaeda, su ejemplo siempre estará asociado al riesgo que corren todos los profesionales que cubren las guerras, como los que durante el último año han pisado Ucrania. Sin embargo, desde su experiencia cree que aún hay trabajo por hacer en cuanto a concienciación. «Me sorprende que Ucrania sigue todos los días en la tele y lo dice alguien que ha estado 5 años en Siria y nadie nos daba bola en España. ¿Por qué unas guerras sí y otras no? No quiero criticar a mis compañeros, porque ellos viven en el terreno y yo no, pero me asusta lo que se ve a través de Instagram. Nos hemos convertido en el periodista que lo graba todo y no funciona así».

El futuro del reportaje

Plataformas como Youtube han impulsado a creadores de contenido que emergen en el periodismo de investigación. Pampliega menciona al youtuber Tamayo como ejemplo. Pero también alerta de errores en los que caen streamers o youtubers de mayor tamaño: «Se está utilizando a grandes influencers para limpiar la imagen de ciertos regímenes». Así, este periodista llama a la responsabilidad de todos para no mirar a otro lado y evitar que «España pueda convertirse en la Nápoles de los 80». Además, «nuestras mafias tienen menos glamour que las de ‘El Padrino’, no tienen códigos».

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