
Estreno
La delgada línea entre la vida y la muerte en Malmö
►Filmin estrena la tercera y última temporada de «La delgada línea azul», serie sueca de género policiaco

«Hoy tenemos otra oportunidad para cambiar las cosas», dice Josefin, la coordinadora de sala de la comisaría de Malmö en Suecia. Ella es la encargada de relatar los partes del día y organizar a los agentes protagonistas de la serie sueca «La delgada línea azul» («Tunna blå linjen»), que estrena su tercera y última temporada en Filmin este martes 15 de julio. Tras lo sucedido en las dos primeras entregas, mucho han cambiado las vidas de los agentes que, día a día, y también por la noche, intentan conciliar su vida con su trabajo.
La estructura de esta tercera entrega sigue los pasos de sus predecesoras y, a través de seis episodios de una hora, seguiremos las jornadas de seis policías: Sara, Magnus, Jesse, Khalid, Danijela y Faye. Las tramas de casos reales durante su trabajo se mezclan con el componente que ha hecho destacar a esta serie en su país y de manera internacional: la vida de los agentes sin el uniforme. La estética y el ambiente continúan siendo gris y azul para provocar una atmósfera de tensión, frío y cierto pesimismo. Recordemos que al final de la segunda temporada (destripe), una de las protagonistas, la agente Leah, interpretada por GizemErdogan, experimenta un deterioro emocional y financiero, llegando al borde del colapso, y para sorpresa de los fanes de la serie, muere de manera violenta. Esto cala hondo en su compañero Jesse (Per Lasson), que se enfrenta a la separación con su mujer, activista promarihuana, y a la relación con sus tres hijas, dos de ellas en la problemática edad adolescente.
También seguimos la vida personal del matrimonio formado por Sara (Amanda Jansson) y Magnus (Oscar Töringe), que quieren criar a la pequeña Leah, pero encuentran incompatibilidades laborales, presiones de los abuelos, la situación personal de la hermana de él y la sobreprotección del marido. El resto de personajes tiene su propio bagaje personal y profesional, además de enfrentarse diariamente a nuevos retos. La serie se creó cuando Cilla Jackert, la directora, descubrió en Twitter una cuenta oficial de la policía sueca que relataba el día a día de los agentes, sin grandes acontecimientos, pero con una visión humana y cercana del trabajopolicial. Por eso, después de cada intervención o suceso, podremos leer la notificación oficial, al tiempo que leemos las respuestas de los internautas que van desde el descrédito pasando por el rechazo y la crítica al trabajo policial.
«No es fácil ir sonriendo por ahí con todo lo que pasa en la ciudad», llega a decir Magnus en un momento dado ante las situaciones a las que se tienen que enfrentar los agentes, que van desde ataques a clubes de marihuana, explosiones en colegios, tiroteos, cisnes agresivos, drogas en las calles y partidos de fútbol de alto riesgo.
Para aquellos espectadores que no están acostumbrados, no esperen acciones policiales al uso con el empleo de la fuerza policial, porque rápidamente se recurre a la reflexión sobre temas como la multiculturalidad del país, la xenofobia, la desigualdad social, la imposibilidad de conciliar las vidas personal y profesional, la salud mental y el desgaste emocional que sufren los agentes, el acoso, la discriminación y la diversidad sexual.
Para algunos espectadores será un lujo ver cómo la serie se aleja del género policial al que estamos acostumbrados para hacerse social. De hecho, se escucha sin parar la frase «deja de grabar», en relación a la irrupción de las redes sociales, que perjudica la actividad policial al viralizarse. La cámara en mano y el enfoque de la trama casi convierten la serie en un programa con un periodista acompañando a agentes en sus intervenciones. Serie que demuestra que la vida sigue.
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