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El exabrupto de Bosé que dejó helado el plató de "El Hormiguero": "Esos cretinos, príncipes de mierda"

Entre lágrimas, células madre y un "pico" a Nuria Roca, el cantante confesó su calvario físico, su visión política y su renovada pasión por los escenarios en el programa de Pablo Motos

El exabrupto de Bosé que dejó helado el plató de "El Hormiguero": "Esos cretinos, príncipes de mierda" Atresmedia

Miguel Bosé reapareció en "El Hormiguero" como solo él sabe hacerlo: con elegancia desbordante, un pico en los labios a Nuria Roca, declaraciones que incendian tertulias y una vulnerabilidad tan honesta que desarmó al mismísimo Pablo Motos.

A sus 69 años y tras ocho años fuera de los escenarios, el cantante ha iniciado su gira mundial "Importante Tour", pero su paso por el programa de Antena 3 dejó claro que lo suyo es mucho más que una vuelta: es una reconstrucción desde los escombros. "Era volver al escenario, que es mi casa. Lo más importante que tenía en mi vida", afirmó al explicar el título de su gira.

Lo primero que llamó la atención no fue su voz, ni su presencia, ni siquiera su confesión sobre haber estado “mudo, gordo y cumpliendo años”. Fue el beso. Antes de sentarse a la mesa, Miguel saludó a los colaboradores del programa y acabó dándole un fugaz beso en los labios a Nuria Roca. "¡Le has dado un pico!", exclamó Motos. "Ella me lo ha dado a mí. ¡Yo no quería!", bromeó Bosé. Lo que vino después fue un testimonio crudo, libre y sin filtro.

La voz y la caída

Durante estos ocho años, Bosé se enfrentó a uno de sus mayores retos: la pérdida de su voz. "Jamás pensé que no volvería a cantar. Sabía que encontraría la solución en algún sitio", aseguró. La pista clave llegó con una infección en una muela mal tratada. De ahí, a una serie de infecciones que afectaron su tracto digestivo, su sistema respiratorio y, por extensión, sus cuerdas vocales. "Tenía una falta de cierre de cuerdas, se escapaba el aire", explicó.

La solución llegó en Lyon, gracias a un tratamiento con células madre. "Me hicieron una extracción. No había casi. Te las inyectan, se absorben de forma natural y no es tóxico. Es tu cuerpo", relató. El proceso fue tan delicado que pasó seis semanas sin hablar. "Cuesta más volver a hablar que a cantar", sentenció.

Pulverizar el ego

Pero el problema no era solo físico. En medio de ese largo paréntesis, Bosé hizo un ejercicio de introspección que definió como radical. "Culpé a Bosé. Tú que me has dado tanto, me has complicado la vida. Te deconstruyo", afirmó. Y se lo tomó al pie de la letra: "Lo desmonté como un Lego, lo tiré al suelo y le dije: ahora mira lo que eres, no eres nada". Asegura que pulverizó su ego. Que descubrió que el sufrimiento "no sirve para nada", ni para crear, ni para inspirar. "Tuve que quitarme mucha tontería de encima", zanjó.

El terremoto, la emoción y mamá

A pesar del largo camino, la vuelta al escenario fue un triunfo. Incluso con un terremoto en pleno concierto. “Empezó a sonar la alarma en el mismo tono de la canción. Nadie se dio cuenta hasta que acabó”, contó entre risas. También hubo emoción al recordar a su madre, Lucía Bosé. Pablo Motos leyó una carta que él escribió en el aniversario de su muerte y el cantante rompió a llorar: "Era una mujer única, espectacular". No pudo decir más.

Bosé, sin freno: "¿Me he pasado o no?"

El momento más explosivo llegó al hablar de política y sociedad. Bosé denunció lo que considera un retroceso en libertades fundamentales en Europa y España: "Europa ha caído en el wokismo más absoluto. Las libertades que teníamos en los 70 y 80 se han perdido. La gente tiene miedo a decir lo que piensa". Motos le dio la razón, apuntando al alto coste de opinar hoy en día. "Menos en El Hormiguero", remató el cantante.

Luego fue más lejos: criticó el euro digital, las redes sociales, las pandemias, los confinamientos y lo que considera un plan de control social global. "Todo está hecho para el control absoluto y viene de la élite del 1%. Esos cretinos, príncipes de mierda… ¿Lo habéis entendido bien? ¿Lo repito?", espetó. Y al ver la cara de Motos, preguntó entre risas: "¿Me he pasado o no?". "Estamos en directo, ya ha pasado", le respondió el presentador. "Creo que me he quedado corto", sentenció.

Miguel Bosé ha vuelto, sí. Pero no solo con música. Ha vuelto con una voz recuperada, un discurso afilado, y una autenticidad que —te guste más o menos— ya no abunda en prime time.