Obituario
La pequeña pantalla también llora la versatilidad de Concha Velasco
Si el cine le dio prestigio como intérprete, fue la televisión la que le dio una popularidad absoluta
La inigualable esencia y la asombrosa versatilidad de nuestra querida y ahora añorada Concha Velasco fueron simplemente extraordinarias. Su talento era apabullante y por eso las cámaras la adoraban, razón por la que tuvo una dilatada trayectoria que se extendió a lo largo de más de seis décadas, desde sus modestos comienzos a los 15 años hasta su participación destacada en series y programas televisivos de renombre y dejó una huella imborrable en la escena artística española.
Concha Velasco inició su carrera cinematográfica en 1955, destacando en "La fierecilla domada" un año después. A lo largo de décadas, protagonizó películas como "Las chicas de la Cruz Roja" y filmó hasta siete películas anuales. Aunque nominada al Goya en 1989 y 1996, recibió el Goya de Honor en 2012, destacando su contribución al cine español. Además de su faceta artística, personificó la "imagen de muchacha moderna pero honrada" en una carrera con más de cien títulos. Su presencia en la pantalla grande perduró hasta 2020, cuando apareció en películas como “Malasaña 32” y la serie “Las chicas del cable”, donde interpretó a Doña Carmen en 37 episodios.
Pero, aunque el cine le otorgó prestigio y valor como intérprete, fue la televisión la que le otorgó una máxima popularidad. A pesar de desafíos y tropiezos en programas como “Las chicas de oro” y “Mamá quiere ser artista”, su legado artístico trasciende altibajos. Supo reinventarse, manteniéndose vigente en la pantalla chica gracias a su habilidad para asumir diversos roles, desde una impresionante “Teresa de Jesús”, pasando por la estricta profesora de Literatura de “Compañeros”, la pragmática y estratégica Aurora Acosta de “Motivos personales”, la implacable matriarca de “Herederos”, o la pizpireta Petra Alcalde de “Velvet”, sin olvidar, por su puesto, a la talentosa corista de “Pim, pam, pum... ¡fuego!”, o su alocado y divertido papel en “París-Tombuctú”, ni participaciones en programas como “Sorpresa, sorpresa” o “Viva el espectáculo”, hasta convertirse en la icónica chica ye-yé de “Historias de la televisión”. Una trayectoria apabullante en la que demostró su ductilidad, completitud y disciplina.
Aunque su participación en “Farmacia de Guardia” pudo haber sido otro hito en su carrera, la decisión de rechazar el papel, un error que ella misma reconoció en su momento, permitió que Concha Cuetos se destacara en la serie, convirtiéndola en un fenómeno televisivo con elogios y premios.
Pero lo que realmente define a Concha Velasco, aclamada como "la mejor y más completa actriz que ha tenido el cine español" por Pedro Olea, es su sinceridad absoluta tanto dentro como fuera de los platós. Su legado va más allá de la industria del entretenimiento español, dejando un impacto profundo en la sociedad que la admiró. Su capacidad para reinventarse y su contribución tanto al cine como a la televisión la consagran como una figura icónica y querida en la historia del espectáculo en el país.
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