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Jeremy se confiesa en "MasterChef 11" sobre el maltrato: "Dos meses sin ir a clase por los moratones"
El concursante causó impresión con su historia vital llena de desengaños
Uno de los perfiles más llamativos de esta edición del talent culinario de RTVE "MasterChef" es el de Jeremy, granaíno de 20 años que trabaja como comercial inmobiliario. Sus experiencias en centros de menores, con problemas familiares y nuevas esperanzas hacen de él lo que es hoy y se puede ver en el programa. En la emisión de este martes supimos algo de él y su "tercera familia".
Su vida ha pasado por todos los malos tragos que se puedan soportar. Durante la prueba de selección de 60/30 en el primer programa, ya supimos de su madre politoxicómana y los maltratos que sufrió de niño. Todo eso volvió a él en la prueba de exteriores en Cádiz: ""Hacía mucho que no venía para el sur. La última vez que vine discutí con mi madre y luego de ahí a Algeciras, que es donde viví con mi madre y su pareja y es donde sufrí maltrato. Tenía sólo 7 años".
En su confesión a las cámaras narró como "en Dos Hermanas (Sevilla) fue donde mi padre entró en coma. Todo lo malo me ha pasado en el sur". Pero su nuevo yo pretende ser más optimista y cree que "los malos recuerdos se puede cubrir con otros mejores". Durante el cocinado también hubo momentos para compartir ese dolor, como pasó con Pilu que le confesó que "me has dejado tocada con lo que has contado". Con más detalles no se hizo más digerible: "Estuve 2 meses sin ir a clase porque con los moratones que tenía no podía verme nadie".
También le contó cómo perdió el contacto con su madre en 2011 y cómo "después fui a verla unas Navidades y tuvimos una discusión y a raíz de ahí decidí apartarla y ya inicié un proceso de demanda contra ella por el maltrato". Afortunadamente en el Centro de Menores vieron los moratones y contó con la confesión de su hermano. "Lo más duro de todo es saber que tu madre tiene otros hijos con los que sí quiso formar una familia. A mí no me dejó formar parte de ella", explicó.
Pero ahora Jeremy disfruta de una nueva vida y con ella, su experiencia en el programa con dos objetivos claros: ganar o llegar muy lejos y ayudar: "Le quiero decir a la gente que sufre o ha sufrido malos tratos de niño, que ese miedo al final se acaba yendo. Terminas conociendo a alguien que te hace creer de nuevo en la humanidad". La prueba no fue bien para él aunque terminó salvándose, pero sí mantuvo su postura: "Mis compañeros hicieron que me centrara y me han demostrado que aunque aquí no tenga a mi segunda familia, tengo una tercera. En la vida existen terceras y cuartas oportunidades. Para mi estar en MasterChef es la satisfacción máxima, aquí estoy formando una tercera familia".
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