Estreno

¿Qué quería esconder el NO-DO?

RTVE estrena hoy una serie documental que recupera más de 400 rollos inéditos del franquismo, con imágenes insólitas, contexto histórico y un tono ameno que sorprende

¿Qué quería esconder el NO-DO?
¿Qué quería esconder el NO-DO?RTVE

En los sótanos de la memoria, donde el polvo se confunde con la historia, reposaban más de 6.000 latas que el NO-DO nunca mostró en los cines. Allí quedaron, selladas durante décadas, como si alguien hubiera querido guardar también secretos. El pasado miércoles 17 de septiembre, RTVE abrió esa caja negra del franquismo y estrenó «Los archivos secretos del NO-DO», convirtiéndose en líder con un 15% de cuota de pantalla, una serie documental de seis episodios que pone ante los ojos del espectador aquello que fue filmado pero jamás proyectado.

No se trata únicamente de rescatar imágenes olvidadas, sino de darles un lugar en el relato colectivo. El NO-DO, nacido en 1943 y obligatorio hasta 1981, fue mucho más que un noticiario: era un escaparate controlado, una versión maquillada de España. En él, Franco aparecía como el «invicto salvador» mientras la miseria real quedaba fuera de plano. Lo interesante de esta producción no es solo la apertura de latas inéditas, sino el modo en que se contextualizan. Una carrera de camareros en Tánger que nunca llegó a verse, una visita de Carmen Polo a Lisboa que quedó en el limbo, imágenes nunca emitidas de Grace Kelly o del propio Franco en su último verano… cada fragmento abre un interrogante y, sobre todo, una lectura.

El trabajo de restauración ha sido meticuloso. De las miles de bobinas, se han rescatado unas 400, digitalizadas con cuidado y paciencia, para darles nueva vida. Y lo mejor es que el documental no se queda en la arqueología audiovisual: traza paralelismos entre lo que sí llegó a las pantallas y aquello que se descartó, generando un diálogo que va mucho más allá del mero hallazgo. Como dijo la historiadora Ana Velasco, «vivimos en un mundo que depende del pasado de forma directa» y esas imágenes distan mucho de ser simples curiosidades visuales.

El papel de la mujer en el NO-DO es un ejemplo revelador. Entre las bobinas inéditas aparecen fragmentos que ilustran cómo se pretendía moldear la imagen femenina bajo la dictadura: esposas devotas, madres ejemplares, ciudadanas obedientes. Muchas de esas piezas nunca se emitieron, acaso porque chocaban con la versión oficial del régimen o porque mostraban matices que no interesaba difundir. El análisis de Velasco y otros muchos historiadores y expertos permite leer esas ausencias tanto como las presencias, como si lo que se ocultó hablara con más fuerza que lo que se publicó.

El espectador descubrirá que el NO-DO no era solo Franco inaugurando pantanos. También hay deporte usado como propaganda internacional, reportajes sociales que intentaban normalizar una España poco normal y secuencias con toques casi paródicos. Ese contraste es uno de los grandes aciertos de la serie: consigue un tono ameno, incluso divertido en algunos pasajes, sin perder el rigor histórico. Lo que parecía un cajón polvoriento se convierte en un catálogo sorprendente de la vida oficial y la vida oculta de aquel país.

Otro aspecto llamativo es la evolución del noticiario. Al principio, el discurso era abiertamente fascista: Franco como figura casi divina, el pueblo como decorado. Con el paso de los años, el tono fue relajándose, arriesgando más en lo que filmaba, aunque siempre bajo la idea preconcebida de un país idealizado que nunca existió. Ver hoy esas imágenes obliga a un ejercicio curioso: mirarlas con distancia crítica, sabiendo que se rodaron para convencer de algo muy distinto a la realidad que había fuera de plano.

«Los archivos secretos del NO-DO» no es un documental solemne. Los guionistas y realizadores han optado por un estilo cercano, como si invitaran a mirar esas imágenes sin miedo, con la certeza de que incluso lo más serio puede analizarse desde lo cotidiano. Y funciona: el espectador se engancha, no por morbo, sino por la sensación de estar abriendo una puerta a una memoria que estaba esperando ser contada de otra manera.

Hay un valor añadido que no conviene pasar por alto: el proceso de restauración y digitalización. Cada lata abierta es también un acto de conservación para el futuro. La Filmoteca Española, junto a RTVE, ha conseguido que esas bobinas de celuloide frágil se conviertan en patrimonio disponible.

Al final, la serie consigue algo difícil: entretener mientras educa, abrir la mirada sobre un pasado incómodo sin volverse plomiza. Y lo hace con un lenguaje televisivo vivo, con un tono que se aleja de la lección magistral y se acerca a la charla inteligente. «Los archivos secretos del NO-DO» demuestra que mirar atrás no tiene por qué ser nostálgico ni aburrido, sino una oportunidad para descubrir que hasta en los rollos más olvidados hay huellas de lo que fuimos.

El NO-DO guarda aún más secretos por mostrar

Aunque “Los archivos secretos del NO-DO” ya tiene lista su primera temporada de seis episodios, RTVE no ha definido si habrá más de una entrega. Lo cierto es que material hay de sobra: las 400 bobinas rescatadas apenas representan una pequeña parte de las más de 6.000 latas que dormían en los archivos de la Filmoteca. Si la acogida del público es positiva, no sería extraño que estas latas inéditas den pie a nuevas tandas, ampliando un relato que, en realidad, todavía está en pañales. A fin de cuentas, la historia del NO-DO no cabe en un solo repaso y queda mucho contenido por redescubrir.