Estreno

Silencio en la sala: vuelve «Juzgado de Guardia»

Warner TV recupera una de las comedias de situación más famosas de la televisión de los años 80 con un interesante lavado de cara y la vuelta de Dan Fielding (John Larroquette)

El elenco de la nueva etapa demuestra que John Larroquette sigue siendo el más alto (con permiso de Richard Moll)
El elenco de la nueva etapa demuestra que John Larroquette sigue siendo el más alto (con permiso de Richard Moll)Warner TV

No hay duda de que los años 80 fueron una gran década para las comedias en televisión. Cada una en su nicho contentaban a todo tipo de público. Así había espectadores para «Roseanne», «El Show de Bill Cosby», «Cheers» o «Las chicas de oro», pero también para la serie creada por Reinhold Weege que duró nueve temporadas de 22 episodios (menos la primera, de 13), y que tenía lugar en el turno de noche de un juzgado de Manhattan. «Juzgado de Guardia» («Night Court») estuvo en nuestras vidas desde enero de 1984 hasta mayo de 1992, protagonizada por un elenco para el recuerdo: Harry Anderson como el juez Harold T. Stone; Markie Post como Christine Sullivan (desde la tercera temporada hasta el final); John Larroquette como Reinhold Fielding Elmore; Richard Moll como Bull Shannon y Charles Robinson como Macintosh Robinson, «Mac». Ahora, 31 años después Warner TV estrena hoy el revival de la serie con 16 nuevos episodios, y con una segunda entrega ya aprobada.

Reinicio y continuación

El evidente aviso a navegantes es que la nostalgia no lo puede todo, y «Juzgado de Guardia» juega a un doble juego que le sale muy bien. Se aleja lo suficiente de la original para atraer nuevos espectadores con nuevas caras, pero mantiene el chiste rápido y el gag físico en un escenario que recuerda al de 1984, y revisita el pasado con frecuencia para los más fanáticos de la sitcom original. La nueva trama nos lleva hasta el mismo juzgado nocturno 31 años después con Abby Stone (Melissa Rauch, «The Big Bang Theory»), la hija del juez Stone original, que llega para ocuparse de la sala y del despacho de su padre, con todo lo que conlleva. Igual que Harry, es indefectiblemente afable y tiene la premisa de que todo el mundo puede ser bueno de alguna manera extraña, lo que complicará la vida, de por sí ajetreada, de sus compañeros en la corte. En esta ocasión tiene una fiscal ambiciosa, Olivia (India de Beafort) deseosa de abandonar el trabajo; un quisquilloso y apresurado secretario, Neil (Kapil Talwalkar), y por supuesto un excéntrico alguacil en la sala, Donna «Gurgs» Gurganis (Lacretta). La llegada de Abby desemboca en una vacante directa del abogado de la defensa por lo que la joven recurre a Dan Fielding (John Larroquette), desconocido tras una poblada barba, viudo y con menos lascivia que el original (parece). Un par de trucos de magia convencen a Fielding para que vuelva en un rol diferente, y ya está la mesa puesta para el banquete. Si el primer episodio puede parecer caótico por tratarse de un desfile de presentaciones de los nuevos personajes, en el segundo uno ya se encuentra como si no hubieran pasado los años, y la serie actúa como reinicio, pero también como homenaje y continuación del «Juzgado de Guardia» de los años 80.

La relación entre Fielding y Stone vuelve a marcar el paso de la serie, con guiños deliciosos a las zapatillas de deporte del juez y los cientos de cachivaches del despacho de Stone. Vuelve a ser un programa multicámara, ligero, con público, con calculados cambios en el decorado y en la sintonía principal con otro juez empeñado en encontrar bondad entre los criminales. Y es que si uno es capaz de disfrutar de los a veces simples diálogos entre los protagonistas, o de la desdichada vida del manitas de la sala, el verdadero premio de este reinicio es la senda que marcó el original, y por el tribunal desfilarán todo tipo de abyectos personajes, todos locos, que unas veces se autoacusan, o intentan resistirse a la autoridad, o van disfrazados, o desacatan sin parar; es decir, viven. Sí que hay menos trabajadoras de las calles que en los 80, todo evoluciona y se suaviza.

El reinicio de «Juzgado de Guardia» proviene del equipo de producción de Melissa Rauch, su esposo Winston Rauch y John Larroquette. Los tres son ávidos fanáticos de la serie original y tienen un interés invertido en hacer que esta serie se sienta como una sucesora valiosa de la comedia sin convertirla en una recreación despierta. La ficción toca temas actuales como el movimiento #MeToo, las protestas de George Floyd y muchos más, pero nunca es un sermón. El showrunner y escritor Dan Rubin, un veterano de «The Unbreakable Kimmy Schmidt» y «Scrubs», consigue capítulos extravagantes muy en la línea de hace 31 años, nadie les pide más.

Ya les digo yo que tras la cabecera desearán que se haga de noche y podamos contemplar otro salomónico juicio con el que sentirnos a gusto, incluso si hay culpabilidad en el acusado. Pero nada de esto sería posible sin la vuelta de Larroquette, más políticamente correcto, más gruñón, pero más humano.

Un reinicio marcado por la muerte del elenco

►Los reinicios requieren tomar decisiones, y siempre se intentó recuperar a los actores originales, pero la muerte llegó antes. Harry Anderson falleció en 2018 , luego Charles Robinson (2021) y finalmente Markie Post en el mismo año. Recientemente, falleció Richard Moll , quien muchos esperaban que regresara en la secuela. Del elenco principal, además de Larroquette, está Marsha Warfield, quien ya apareció una vez en la serie de reinicio, y todavía está presente. Uno de los miembros más antiguos del elenco semi-regular, John Astin, que interpretó al padre de Harry, está vivo y coleando.