Estreno

La vida es una gran secta en Nueva Inglaterra

Netflix acaba de estrenar «Sirenas», miniserie protagonizada por Julianne Moore basada en la obra teatral «Elemeno Pea»

La todopoderosa Michaela extiende sus alas de punta a punta de la isla de Port Haven
La todopoderosa Michaela extiende sus alas de punta a punta de la isla de Port HavenNetflix

La vida de Devon no es fácil. Aparte de encargarse de su padre con demencia, tiene que evitar acabar en la cárcel cada vez que intenta sacarse un dinero con algo tan poco glamuroso como la prostitución. Pero su vida está a punto de cambiar en cuanto conozca a la jefa de su hermana Simone, Michaela Kell. Su particular manera de comportarse y vivir provocará una hecatombe en la alta sociedad de la isla ficticia de Port Haven. «Sirenas» es el nombre de la miniserie que acaba de estrenar Netflix, dirigida por Nicole Kassell y protagonizada por Julianne Moore, Kevin Bacon, Milly Alcock y Meghann Fahy.

En el momento en el que conocemos a Devon DeWitt (Fahy), nos damos cuenta de que su vida es miserable, o normal, según se mire. Su inestabilidad económica y cuidar de su padre dependiente Bruce (Bill Camp) absorbe toda su vida y sus energías. Por ello no lo duda dos veces y coge un ferry camino de la isla dónde sabe que vive su hermana a la que no ve desde hace años, aunque le ha pedido en repetidas ocasiones que la ayude a ocuparse de su progenitor. Al llegar a Port Haven, una lujosa y exclusiva localidad costera de Nueva Inglaterra, se encuentra con un mundo aislado de riqueza, comodidad y ropa chillona. Su hermana Simone (Alcock) es la ayudante personal de la mujer del multimillonario Peter Kell (Bacon), Michaela (Moore), a la que cariñosamente llama «kiki». Su trabajo consiste en que su jefa se encuentre bien todo el tiempo con todo aquello que necesite, aunque tenga que traerlo en el día de Japón. Kiki usa su tiempo (hey,hey) en una fundación para salvar aves que, en palabras de Devon, ha llegado a convertirse «en una secta». Todo es tan irreal en los alrededores que no puede si no complicarse mucho más. Y es que esta miniserie, que da saltos inesperados entre el drama y la comedia más negra, es muy coral y pronto la isla se llena de variopintos personajes como Raymond (Josh Segarra) gerente del restaurante donde trabaja Devon y mantienen una relación, aunque él ejerce actualmente de enfermero improvisado del padre de las chicas. También deambulan por la casa el jefe de seguridad, José (Felix Solis), uno de los personajes más divertidos, que mantiene una fidelidad a la casa y a la familia, pero al tiempo es el infiltrado del servicio para enterarse antes de todo. Y por último Ethan Corbin III (Glenn Howerton), ricachón vecino de los Kell que bebe los vientos por Simone, y conseguirá que toda la casa se revolucione en una divertida noche.

La serie narra los devenires y las locuras de todos estos personajes durante un solo pero intenso fin de semana lleno de traiciones, despropósitos, una gala benéfica y muchas flores. «Sirenas» está basada en la obra de teatro «Elemeno Pea» escrita por Molly Smith Metzler, que ha sido la encargada del guion de la serie. La idea es clara, dos hermanas de diferente clase social se reúnen en una lujosa casa de verano en Martha’s Vineyard. Es una radiografía del poder, la clase social, la dependencia emocional y las dinámicas familiares a todas las escalas. Los duelos entre Kiki y Devon llegan a niveles muy por encima de las miradas y las palabras. Es la lucha de dos titanes defendiendo su visión de la vida. También el pasado de acogida de Simone se pone de manifiesto y llega a desequilibrar las aspiraciones de la joven que no sabe cómo manejarse en un mundo superficial que ella misma ha ayudado a crear y crecer. Moore, Fahy y Alcock sobresalen por su naturalidad y establecen un triángulo que será el detonante de todas las explosiones que vendrán después que mancharán el idílico paisaje de Port Haven. Mención especial a Kevin Bacon, que aunque con una llegada tardía, da su mejor interpretación, que siempre se adivina latente, pero que es el objetivo a batir, el gallo del gallinero. La imprevisibilidad de «Sirenas» es una buena noticia para aquellos que después de los dos o tres primeros episodios estuvieron a punto de abandonar la serie que alarga alguna trama intermedia más de lo necesario. Sin embargo, la miniserie se afila al final para darnos una resolución que no contentará a muchos, pero que habla de humanidad y de que la vida sigue, y nos regalará una de las mejores escenas de la serie, la última. «Sirenas» es una reflexión sobre la verdad, las mentiras y el cartón piedra con el que ocultamos nuestra propia oscuridad, que nunca es lo suficientemente oscura ni duradera para que no podamos vivir en una sociedad de luz.