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Grave percance de Ponce con la temporada en el aire

Enrique Ponce fue cogido y sufrió una cornada de dos trayectorias de 12 y 5 centímetros y la rotura de los ligamentos cruzado y lateral interno de su rodilla izquierda.

Enrique Ponce sufrió una cogida en el 5º, que le infirió una cornada y dañó su rodilla
Enrique Ponce sufrió una cogida en el 5º, que le infirió una cornada y dañó su rodillalarazon

Enrique Ponce fue cogido y sufrió una cornada de dos trayectorias de 12 y 5 centímetros y la rotura de los ligamentos cruzado y lateral interno de su rodilla izquierda.

Valencia. Novena de feria. Se lidiaron toros deLos Espartales para rejones, 1º, bueno, y 4º, manejable; y Olga Jiménez, 2º, noble; 3º, de Parladé, derrotón; 4º, manejable; 5º y 6º, movilidad, repetición y transmisión, pero faltos de entrega. Casi lleno en los tendidos.

Diego Ventura, dos pinchazos, media, dos descabellos (silencio); pinchazo, rejón, descabello (oreja).

Enrique Ponce, de blanco y azabache, estocada (oreja); cogido.

Toñete de lila y oro, estocada delantera y caída (silencio); media, tres descabellos, aviso en el que mató por Ponce (silencio); media estocada, cuatro descabellos (silencio).

PARTE MÉDICO DE PONCE: Cornada en región proximal del muslo izquierdo con una trayectoria ascendente de 12 cms., y otra descendente de 5. A la exploración de la rodilla izquierda, rotura del ligamento lateral interno, rotura del ligamento cruzado y hemartros a tensión. Pronóstico grave. Pendiente de estudio.

En sus casi 30 años de alternativa, ¡qué barbaridad! Era la primera vez que Enrique Ponce hacía el paseo vestido de azabache. De blanco y azabache. Un guiño por lo visto al equipo de fútbol del Valencia que celebra sus cien. Sumando años aquí y allá, no se le notaron con el primero de la tarde que en verdad era el segundo, muy serio de cara, por encima de lo que suele ser el toro de Valencia, aunque este año el toro de Valencia ha pasado a ser otro. A este paso no sabemos cómo será el toro de Madrid ni pensar en Bilbao o Pamplona según las escalas. Mucho debía distar de aquel toro con el que el maestro Curro Romero se convertía en matador justo hacía 60 años en esta misma plaza. El maestro de Camas hacía lo propio aquella tarde junto a Gregorio Sánchez como padrino de ceremonia y Jaime Ostos de testigo. Ponce, que ya lleva casi tres décadas de plaza en plaza, se las vio con ese primero que fue agradecido a la veteranía del diestro valenciano y compuso una faena medida y de buenas trazas, que le valió para pasear un trofeo. Y otro se hubiera del quinto, que tuvo movilidad y boyantía, no tanta entrega, pero no le perdonó cuando iba a dar un pase de pecho y le cogió de manera fea. Le expulsó de sus propios pitones sobre la arena y además de herirle en el aire en la parte trasera del muslo le lanzó y cayó retorciéndose la rodilla. Al menos, eso pareció ver en primera instancia. Se lo llevaron en volandas a la enfermería y el cuerpo se nos quedó cortado en la plaza. Antes había toreado el diestro a placer, en la lucha de suavizar el derrote del toro, que pasaba de largo en la muleta y repetía, pero le faltaba entrega y humillación. Toñete tuvo que rematar al animal mientras esperábamos noticias de la enfermería. Y tardarían.

Un encontronazo se llevó Toñete al entrar a matar al tercero, de Parladé, y eso que llegaba a Valencia todavía con los puntos puestos de la cornada interna que sufrió en la plaza de Olivenza. Porfió con el toro derrotón y lo mató en la rectitud. Muy suelto el sexto en los primeros tercios, aunque se esmeró Antonio Catalán en meterle después en la muleta. Tuvo buen aire el toro en cuanto a la movilidad y poco a poco fueron encontrándose uno y otro en la faena respecto a los ritmos y las distancias. Cuanto más por abajo, mejor respondía el animal. Fue ganando en confianza Toñete sobre todo en una tanda al natural en el ocaso; le costó más la suerte suprema.

Espada le había faltado a Diego Ventura con el buen primero con el que anduvo variado y centrado y más comunión logró en la faena del cuarto, sobre todo en el par a dos manos y habiendo quitado el cabezal al caballo. Un todo que puso a la plaza en pie. Se dilató un poco con los aceros, pero se había asegurado el premio. La cogida de Enrique Ponce, con una cornada y la posible lesión de rodilla que venía arrastrada, partió en dos la tarde. Y quién sabe si la temporada.

Tendrá que pasar por el quirófano

A la espera de un estudio en profundidad, la rotura de sendos ligamentos, complica el devenir de su temporada, donde era pieza fundamental en la confección del abono de San Isidro (que se presenta el próximo viernes), y en los festejos que tenía programados en plazas como Castellón la próxima semana, Arles, Albacete o Istres.