Algemesí

Enseñanza superior y nada básica

El Gallo evidencia clase y progresos con otra buena novillada de El Parralejo y Javier Molina

Enseñanza superior y nada básica
Enseñanza superior y nada básicalarazon

Algemesí (Valencia). Quinta de feria. Se lidiaron dos erales de El Parralejo (2º y 3º) y otros dos de Javier Molina, bien presentados y de buen juego, sobre todo el 3º, premiado con la vuelta al ruedo. Tres cuartos de entrada.

José Cabrera, de rojo y oro, estocada entera (oreja), estocada entera (oreja con dos vueltas al ruedo). Aitor Darío «El Gallo», de crema y azabache, estocada entera (oreja); estocada entera (dos orejas).

Entre las cuadrillas destacaron El Sirio y Fernando López.

El segundo de los festejos sin caballos programados dentro de la nueva sección de la Feria de las Novilladas en la que se compite en pos de la Naranja de Plata demostró, por un lado que el papel que desempeñan las Escuelas de Tauromaquia es muy importante y que sus alumnos, con más o menos estilo, más o menos clase, saben torear y no hacen el ridículo, y, por otra parte, que el ganado que se ha comprado para este certamen es de auténtico lujo. Los erales de El Parralejo y Javier Molina lidiados en esta segunda función, muy bien presentados, alguno con pinta hasta de torito, dieron un juego excelente y permitieron mostrar a sus matadores lo mucho que han aprendido y progresado en sus respectivos centros de enseñanza.

Mucho ha sido lo que ha evolucionado este Gallo que tiene matriculado la Escuela de Valencia. Elegante y con gusto con la capa, en su primero, el más complicado de la tarde, por su puntita de genio y algunas protestas, no se afligió, aguantando las dudas y miradas de su oponente. Le corrigió el defecto sobre la marcha y dejó claro quien mandaba en el ruedo antes de que el novillo se rajase.

Mucho mejor son tuvo el que cerró plaza, con el que se echó la muleta a la zurda enseguida y desarrolló toda su faena por ese pitón, toreando muy despacio, con suavidad y dejando ver sus finas maneras y buen concepto. Le faltó enfadarse un poco más.

José Cabrera, alumno de la Escuela de Almería, fue original, recibiendo a su primero con una larga cambiada en pie. Banderilleó con exposición y voluntad y estuvo fácil con la muleta ante un astado que dejó estar mucho y sin mostrar un mal gesto.

Con el gran tercero, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre, dejó ver que tiene que hacer permanencias -si es que eso todavía se lleva- o perseverar más en sus estudios, pero ante un novillo tan repetidor, pronto y con tanta fijeza, no acabó de estar a la altura, mal colocado, fuera de cacho y toreando muy en línea. Lo mejor de su actuación fue la contundencia con que estoqueó a sus dos oponentes.