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Toros

Éxito total en el festival de la Fundación en Valencia

El día de la Tauromaquia se saldó con éxito de público y artístico

Álvaro Lorenzo
Álvaro Lorenzolarazon

El día de la Tauromaquia se saldó con éxito de público y artístico.

► Ficha del festejo.

Reses de Fermín Bohórquez, Daniel Ruiz, Garcigrande, Núñez del Cuvillo, Juan Pedro Domecq y Fuente Ymbro, desiguales pero de buen juego en conjunto. El tercero, de Garcigrande, fue premiado con la vuelta al ruedo. Casi lleno.

Fermín Bohórquez, rejonazo, oreja.

Enrique Ponce, entera, dos orejas.

El Juli, entera, dos orejas.

Manzanares, entera, oreja.

Román, dos pinchazos, aviso, estocada, oreja.

Álvaro Lorenzo, entera, dos orejas.

Borja Collado, entera, dos orejas.

La celebración del 9 de octubre, fecha en la que se festeja el Día de la Comunidad Valenciana y al que la tensión política arrebató su carácter festivo para darle un matiz mucho más agresivo -las calles del centro de Valencia estaban tomadas por policía y antidisturbios ante la presencia de provocadores tanto locales como venidos de otras ciudades de fuera de la Comunidad, como si estuviésemos en guerra...-, se aprovechó este año para montar lo que se dio en llamar Día de la Tauromaquia, buscando dar un toque de atención sobre los problemas por los que atraviesa el mundo del toro. Por la mañana, en la propia plaza de toros, hubo actividades para niños, exhibición de festejos populares, un concurso de recortadores y una comida de hermandad. Por la tarde tuvo efecto un festival para dotar de fondos a la FTL que, pese a la lluvia y a las dificultades para acceder al coso, acabó con el aforo casi cubierto y siendo triunfal y brillante.

Tras las bajas, inexplicables algunas de ellas, de varios de los diestros anunciados, abrió la función Fermín Bohórquez, puesto y seguro ante un novillo de su propia ganadería, cumpliendo una actuación muy asentada y no dando la sensación de haber estado parado todo este año.

Enrique Ponce, que toreó de capa con una lentitud increíble y una suavidad extraordinaria, dio otra lección de temple y ciencia lidiadora con un cinqueño de Daniel Ruiz que se sujetaba con alfileres.

Mucho más vivo fue el astado de Garcigrande que correspondió a El Juli, que formó un lío nada más abrirse de capa. El toro, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre, fue incansable e incansable fue también el torero madrileño, que acabó recreándose y disfrutando de su lidia.

La poca fuerza del novillo de Núñez del Cuvillo fue clave para que Manzanares no saliese a hombros, llevando a cabo una faena de menos a más pero que no acabó de tener consistencia por la endeblez del bovino.

En el caso de Román fue la espada la que le cerró la puerta grande. El valenciano, que se lució en un quite en el que combinó chiquilinas con tafalleras, faroles y una larga cordobesa, estuvo muy dispuesto y con fases de toreo templado y reposado, pero sus tardanza en matar le privó de un mayor triunfo.

Gustaron mucho las maneras y templanza de Álvaro Lorenzo, que cumplió un trasteo con empaque y gusto, rematando con una formidable estocada que tiró sin puntilla al novillo de Daniel Ruiz que lidió.

Cerraba el festival el novillero Borja Collado, a quien, tres semanas después de su debut con picadores, se enfrentó a un cuatreño de Fuente Ymbro, serio y cuajado y que tuvo no poco peligro por el pitón izquierdo. No se arredró el valenciano ni volvió la cara, todo lo contrario, sacando una faena valiente y vibrante y que pese a la fuerte lluvia que caía en ese momento, mantuvo a la gente en sus asientos. Las dos orejas que se le concedieron fueron justísimas.